Las innobles razones del Presidente de Colombia

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hace hoy un despliegue de zapaterismo para justificar su negociación con  las FARC, el grupo terrorista más sanguinario de Colombia y uno de los más asesinos del mundo (Entrevista en El País).

El discurso es exactamente el mismo que empleó Zapatero para justificar su negociación con el terrorismo etarra. Con  sus tres elementos principales:

1)      Que lo hace por la paz, un bien superior que justificaría los acuerdos con los asesinos

2)      Que “hacer la guerra es más fácil que hacer la paz” o aquello de que el valiente es quien acuerda con el terrorista, no quien se enfrenta a sus amenazas y atentados

3)      Que “la justicia no puede ser obstáculo para la paz” o que el Estado hará la vista gorda con los asesinos a cambio de que no asesinen más

Todo lo anterior reforzado con la ayudita del periodista, en este caso, el director de El País, Javier Moreno, que no llama ni una sola vez terroristas, asesinos o criminales a las FARC sino guerrilla que es una forma de olvidar o edulcorar sus asesinatos. Y eso a pesar de tener tres páginas, tres, para la larguísima entrevista.

Las razones verdaderas por las que Santos negocia con los terroristas son otras bien distintas y bastante menos nobles, las mismas que explican todas las negociaciones de gobiernos democráticos con asesinos. Y son dos:

1)      La incapacidad para derrotar a los terroristas y la tentación de la solución fácil y rápida de dar a los criminales lo que piden

2)      La fragilidad moral de los gobernantes sobre las líneas rojas que deberían separar a los demócratas de los terroristas

Para rematar el mazazo a la democracia de esta negociación con las FARC, las reuniones entre terroristas y miembros del Gobierno colombiano se están celebrando en Cuba, referente ideológico y protector de las FARC.

Y para cerrar el círculo de las equivalencias con la negociación de Zapatero con ETA, quienes se oponen son tachados de extremistas. En el caso de Santos, y del periodista de El País que le anima a la crítica, el expresidente Uribe: “No me imaginé nunca que pudiera llegar a los extremos a los que ha llegado”.