Hay comportamientos políticos que destruyen más por la incoherencia, por la hipocresía y por el cinismo en su tratamiento que por la gravedad de los hechos denunciados. Como el caso de la novia en Canarias del senador Monago y del diputado Muñoz. La misma novia ( en la fotografía) que, lamentablemente para ambos y vergüenza para el conjunto del PP, se ha puesto a hacer declaraciones a todos los medios sobre las visitas de su dos novios, primero, Monago, y, después, Muñoz.
Incoherencia, cuando el PP de Aragón obliga a dimitir de su escaño a Muñoz por haber pagado sus viajes a Canarias a través del Congreso. Y, sin embargo, aplaude y defiende a Monago, a pesar de haber incurrido en el mismo comportamiento.
Hipocresía, cuando intenta justificar los viajes de Monago como propios de su tarea de senador… hasta que comienza a hablar la ex-novia y el propio Monago promete devolver los gastos de viajes no relacionados con su cargo, en un reconocimiento implícito de que, en efecto, esos 33 viajes a Canarias en un año incluían visitas a su novia.
E hipocresía generalizada de todos los parlamentarios de todos los partidos que admiten y practican los viajes sin necesidad de justificar por todo el territorio nacional y se niegan a dar los datos sobre esos viajes. ¿Cuántos parlamentarios, diputados o senadores, pasarían la prueba del análisis de cada uno de sus viajes?
Y cinismo, de ¿algunos miembros del propio PP? ¿De algún otro partido? Que destapan estos viajes para destruir a Monago a sabiendas de que el problema de los viajes de los parlamentarios afecta por igual a todos los partidos y a casi todos los parlamentarios.
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