Estados Unidos popularizó el concepto de los rogue states, es decir, los llamados estados gamberros o estados canallas. Se referían, se refieren, a los estados peligrosos para la paz, dictaduras que financian grupos terroristas o fabrican y amenazan con utilizar armas de destrucción masiva.
Salvando las distancias, por supuesto, deberíamos comenzar a aplicar a Cataluña el apelativo de la “autonomía gamberra”. En este caso, la autonomía de un estado democrático que incumple sistemáticamente la ley. Es decir, destruye las esencias del Estado de derecho y no sé si pone en peligro la democracia pero, ciertamente, la cuestiona desde dentro.
El pacto firmado ayer por CIU y PSC para mantener la política de inmersión lingüística haciendo caso omiso de las sentencias del Supremo que obligan a que el castellano sea lengua vehicular de enseñanza es una constatación más de eso. De comportamiento gamberro de una autonomía o de los principales partidos de esa autonomía.
Incluido el PSC. ¿Cuándo va a desautorizarlo el PSOE?
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