José Blanco ha estado esta mañana “ejemplarificando” en Onda Cero, en entrevista con Carlos Herrera. Pretendía ejemplarizar a costa de los banqueros pero se ha hecho un lío entre ejemplarizar y ejemplificar y ha acabado ejemplarificando. Lo que le puede pasar a cualquiera con esto del directo y no me cabe duda alguna de que nadie o casi nadie pasaría con honores un examen de la Unidad de Vigilancia Lingüística que dirige con eficacia Isaías Lafuente en la Ser, tampoco mis propias intervenciones en las tertulias de la Cope.
Otra cosa es el contenido de las ejemplarificaciones de José Blanco. Empezando por las referidas a los banqueros. Ha afirmado Blanco que los salarios millonarios de los banqueros españoles están muy por encima de los de otros países, cosa totalmente falsa.
Pero tampoco han sido más afortunadas sus ejemplarificaciones electorales con ánimo de insuflar optimismo a los socialistas. Ha dicho recordar que, en 1993, las encuestas daban mayoría absoluta al PP lo que, ha añadido, abría las portadas de los periódicos de la época, y, miren ustedes, después ganó el PSOE.
Y, en efecto, ganó el PSOE por cuatro puntos. Pero las tales encuestas con mayoría absoluta del PP se las ha imaginado José Blanco. El último día en que se publicaron encuestas, una semana antes del 6 de junio de 1993, las previsiones eran más bien de empate técnico:
PP PSOE
Demoscopia: 34,8 34,5
Sigma 2 35,9 34,6
Vox Publica 32,5 34,5
Opina 35,6 35
Gallup 33,0 32,1
Blanco también ha ejemplarificado con las valoraciones de las encuestas sobre Rubalcaba y Rajoy. Ha afirmado que en todas las encuestas y en todos los indicadores sobre las capacidades para afrontar los desafíos de este país gana Rubalcaba a Rajoy. Pero resulta que el todos los indicadores de Blanco se refiere a una encuesta de Metroscopia de El País de este pasado domingo en la que, en efecto, Rubalcaba ganaba a Rajoy en varios indicadores (en 4), pero perdía precisamente en los 2 indicadores referidos a la gestión económica, el del más capacitado para hacer frente a la crisis y el del que sabrá manejar mejor las exigencias de los mercados, en los que ganaba Rajoy. Y ello, a pesar de la sobrerrepresentación de votantes socialistas de dicha encuesta, pues la valoración por partidos de tales indicadores mostraba que Rajoy recibía mucho más apoyo de los votantes populares que Rubalcaba de los votantes socialistas.
Bien es verdad que Blanco pudiera acabar acertando en sus ejemplarificaciones de cara a las elecciones y que, en efecto, Rubalcaba diera la vuelta a las previsiones que esta vez sí, no en el 93, dan mayoría absoluta al PP.
Pero los antecedentes de José Blanco como ejemplarificador no son buenos. Antes de las elecciones locales y autonómicas de mayo se atrevió con dos apuestas. Una para España y otra para Portugal. Para Portugal, dijo aquello de que miren cómo han recortado los socialistas la ventaja de la derecha…y acabó ganando la derecha por diez puntos. Para España, dijo aquello otro de que el PP celebra las encuestas y nosotros celebraremos los resultados electorales…y como todo el mundo sabe, aún los están celebrando.
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