Si podemos llamar “maltratador” a Francesco Arcuri por una sentencia de 2009 que le condenaba a tres meses de prisión por lesiones a su mujer, Juana Rivas, pero, sobre todo, por la nueva denuncia presentada por ella ¿podemos llamar “secuestradora” a Juana Rivas que está en busca y captura bajo la acusación de secuestro de los niños?
Es una pregunta retórica porque, obviamente, asà es, si seguimos la lógica de Juana Rivas y sus defensores que alegan la segunda denuncia para exigir que se anule la orden de entrega de los niños al padre.
La diferencia, y el escándalo, en este caso está en el tratamiento polÃtico, en el apoyo a la “secuestradora” por parte de instituciones y dirigentes polÃticos de la izquierda. Algunos de quienes fueron ayer al juzgado a apoyar a Acurri como la asociación Granada por la Custodia Compartida se han apresurado a desligarse de algunos carteles como los que vemos en la fotografÃa de arriba, pero ninguno de los que sostienen a Juana Rivas se ha desligado hasta ahora del secuestro de los niños. Lo que da la razón a tantos y tantos hombres que se quejan del diferente tratamiento judicial y polÃtico en los conflictos por la custodia de los hijos, ¿y también en sus efectos en el fomento de falsas denuncias de malos tratos?
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