Lamentable para las mujeres, que es lo que me interesa principalmente. Por supuesto, muy dañino para Hollande y su debilitado liderazgo, el aspecto que está siendo destacado y analizado por todos los medios de comunicación.
Nadie llama la atención sobre el otro daño aún mayor que un libro de este tipo hace a las mujeres. Una vez más, una mujer que era, decían, una profesional, decide hacer fama y dinero a través de un hombre y su vida íntima con ese hombre.
Nauseabundo que las historias “picantes”, políticamente hablando, de este libro, Hollande y los “pobres desdentados” o Hollande y sus ambiciones políticas tras la crisis de Strauss-Kahn, salgan de la cama. Como si después de tantos años de reivindicaciones de igualdad, algunas mujeres no supieran hacer otra cosa que utilizar la cama, para contar al mundo, en este caso, las inconveniencias dichas por Hollande tras sus encuentros sexuales.
Antes de esta venganza que es más bien un negocio, Trierweiler ya mostró su vocación de hacer carrera de la carrera de su pareja, tal como ejemplificaba aquella inquietante fotografía de la noche del triunfo electoral de Hollande (más arriba) con Trierweiler besándolo mientras hacía la V de victoria como si el triunfo fuera suyo.
En un libro de 2008 (“Contra el feminismo”) analicé largamente este problema. Cuando escribí que nuestra desigualdad no sólo se debe a la historia y a la discriminación sino también a algunas mujeres que optan por lograr sus objetivos a través de sus parejas y no a través de sus propios logros profesionales, perpetuando así el mensaje de la inferioridad femenina. Son minoría, pero cuando ocupan portadas y cientos de páginas de los medios de comunicación afectan a la imagen del conjunto de mujeres.
