‘Viva Hitler’ se consideraría apología del nazismo en cualquier lugar del mundo y nazis a quienes lo pronunciaran. Y simpatizantes de los nazis a todos los que se solidarizaran con los anteriores y llamaran represores y vengativos a quienes quisieran aplicarles la ley.
Recordatorio elemental necesario en España ante la normalidad con la que se acepta que haya salido ayer de nuevo toda la extrema izquierda en defensa de quienes exhibieron un ‘Viva Alka-ETA’, es decir, ‘Viva Al Qaeda y viva ETA’. Pablo Iglesias y los actores habituales en esmoquin, desde la ceremonia de los Goya, y Ada Colau desde Barcelona, con una apasionada defensa de los simpatizantes de Al Qaeda y ETA que, ha escrito Colau, “van a tener que lidiar con la maquinaria vengativa sin escrúpulos de una derecha vengativa que no soporta la disidencia y aun menos perder las elecciones“.
Pero ahí siguen estos simpatizantes de los proetarras como estrellas de tantas televisiones, como invitados especiales de los Goya y como socios preferidos de Pedro Sánchez para formar lo que él llama un ‘Gobierno progresista’ para España. Defendiendo a los del ‘Gora ETA’, eso sí, ahora en esmoquin.
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