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Blogs Deco-adicción por Patricia Espinosa de los Monteros

El Balenciaga de tu abuela

Patricia Espinosa de los Monteros el

 

O ¿cómo actualizarlo y volverlo a llevar?

Pues, para empezar, teniendo una abuela que haya encargado vestidos a la Casa Balenciaga y una madre que los haya conservado. Lo que sigue, tampoco es fácil pues el tiempo no pasa en balde, los cuerpos han cambiado y qué decir de las tendencias y de los gustos de las it girls… pero lo vamos a intentar. Así que, éste fue el tema de un reportaje recientemente publicado en ABC y, ante la curiosidad que ha despertado, paso a contar cómo lo discurrimos y cómo se desarrolló (vamos, el making off).

Por mi madre, que no fue cliente de Balenciaga, pero lo fue mi abuela (además de gran amiga) y por mis tías, he sabido cómo eran los desfiles, las modelos, las pruebas, cómo era el maestro y el trato con sus equipos. Sé que tener un Balenciaga es equivalente a tener una joya, pues es un tesoro eterno que hay que cuidar y empecé a pensar cómo demostrarlo.


Me ayudó una gran familia, amiga y clienta de la “Maison” desde sus comienzos, intervino tambien un gran Hotel como es el Hotel Orfila, construido para la familia Gómez Acebo, en la misma época que la casa original de los Marqueses de Casa Riera (hoy Ministerio de Fomento), a una manzana de distancia  y transformado en Hotel perteneciente al grupo Relais & Chateaux y varias jóvenes voluntarias, nietas y biznietas de esta familia que posaron, se peinaron y maquillaron, divertidas con trajes de sus abuelas haciendo todo tipo de combinaciones con tocados.

Blanca Escrivá de Romaní y Mora con su madre Neva de Mora y Aragón, ambas de Balenciaga

Ahora que la primera tienda del maestro, abierta en San Sebastián cumpliría 100 años queríamos demostrar que un Balenciaga es para siempre. Y elegimos para las fotos, piezas de hace 60 años, que se volvieron a llevar hace 20 y que actualmente se pueden actualizar sin duda pues la calidad sigue siendo impecable, los tejidos, los bordados, las combinaciones de colores y estampados son incluso vanguardistas.

Balenciaga fue un estudioso, uno de esos personajes que existe una vez, un creador un genio, reconocido tanto aquí (que ya es raro), como fuera, que construía los modelos sobre los cuerpos y los estructuraba de tal forma que quedaran impecables. Si son importantes sus cortes, no lo son menos sus costuras escondidas, su revés, sus entretelas, sus forros, contrapesos y bieses.

La costura para él, no tenía secretos. Vió mucho y muy bueno, lo estudió, lo copió para ver sus defectos y lo mejoró. Estudió sobre modelos de los mejores modistos de la época y comenzó desde abajo, aprendiendo todo lo que había que saber de un gran taller.

¿Suerte? ¿Trabajo? Las dos y también el encontrarse en el camino con gente que le reconoció y ayudó y mérito de él, extender la mano y aprovechar la oportunidad.

Ana María Chico de Guzman con vestido de lentejuelas años 70 y tocado años 40
Neva Chico de Guzmán con vestido de 1960 de su abuela Neva
Leticia Ruiz de Ojeda con vestido bordado de 1950 de su bisabuela Blanca de Aragón
Ana Silva con túnica y capa, regalo de la Reina Fabiola a su abuela Neva

Si Rabanne nos pareció vanguadista, Courreges espacial, o si nos encontramos con modelos de Gaultier bastante imposibles… él fue un pionero. Hizo de la sencillez su bandera, pero demostrando que dominaba los volúmenes con un dedo.

Y para preparar este reportaje, me dirigí a la familia de Blanca Aragón y Carrillo de Albornoz, primera familia que conoció a Balenciaga de niño en su Guetaria natal y que lo apoyó. Una familia discreta y numerosa, no muy dada a las apariciones en prensa. Una gran familia que tiene ya mucha generaciones de mujeres detrás y delante, pero que  todas ellas, apreciaron el trabajo del maestro, que han aprendido a distinguir, a reverenciar cuidando estos modelos, como el que conserva y guarda un buen cuadro.

Fabiola de los Belgas con sus sobrinas Blanca y Astrid

 

Fue con Blanca Escrivá de Romaní, Marquesa de Ahumada, aquella niña morenita achinada, que llevaba las arras en la boda de su tía la reina Fabiola, vestida con un abrigo de terciopelo turquesa junto a la Princesa Astrid de Luxemburgo y con su hija Ana María, una de las socias fundadoras de Mimoki  y de Kimomi Comunicacion, dos empresas relacionadas con la moda y la comunicación, y con las que nos empeñamos en demostrar que un Balenciaga de hace 60 años, puede seguir siendo moderno. Elegimos los modelos que llevaron varias generaciones de mujeres de su familia y nos centramos en piezas de varias épocas que pertenecieron a sus abuelas Neva y Ana de Mora y Aragón y a su tía Fabiola, Reina de los Belgas. Ana María los combinó con tocados del maestro de distintas épocas, todos de su colección especial.

Blanca Escrivá de Romaní y Mora  con traje de Balenciaga .ARCHDC Foto Isabel Permuy

Participaron la propia Blanca Escrivá de Romaní y Mora, hoy una de las jefas de este clan, sus hijas Ana María y Neva Chico de Guzmán y Escrivá de Romaní, su nieta Mariana, hija de Neva, sus sobrinas Ana Silva y Escrivá de Romaní y Leticia Ruiz de Ojeda y Silva y su sobrina-nieta Almudena. Todas ellas menores de 40, todas profesionales en distintas actividades y trabajadoras, todas madres de familias numerosas o con empresas en activo y todas sacando un hueco para posar pacientemente en los jardines del Hotel.

La última generación de las Mora y Aragon con trajes de Balenciaga .ARCHDC Foto Isabel Permuy

 

¿El resultado?… a la vista está.

Exposiciones de Balenciaga:

Rachel L. Mellon Collection. Museo de Balenciaga en Guetaria:

Balenciaga Shaping Fashion. Victoria and Albert Londres.

Agradecimientos: Hotel Orfila y Cora Ruiz de Gente Peluquerías .

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