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Blogs Una de piratas por Oti Marchante

Scorsese nunca es soso

Oti Marchante el


         


          


                    


                 


 


Para empezar, se podría decir que Martin Scorsese es la contraportada de Woody Allen en lo que se refiere a la ciudad de Nueva York. Una tontería, tal vez, pero el caso es que uno y otro, portada y contraportada, se han ido a rodar fuera de allí: tú a Londres, yo a Boston. ‘Los infiltrados’, aluda al lugar que aluda, es, no obstante, el territorio de Scorsese, un lugar peligroso en un mundo excesivo, marginal y cruel en el que sus personajes vivirán en las aristas de una guadaña. Los ambientes policiales y mafiosos de la ciudad preparan el gran y violento choque, y cada uno de ellos cuenta con sus ‘ratas infiltradas’ para ir siempre un paso por delante…, aunque sea hacia la tumba. Scorsese utiliza el mismo metrónomo aquí que en ‘Uno de los nuestros’: chac, chac, chac… y se han ido las dos horas y media. Y usa también similar gasolina: la intriga es siempre atenazante y huele a peligro en cada uno de los planos. No hay paz (ni proceso de ella) en ‘Los infiltrados’, ni una tregua al espectador, cuya actitud ante lo que ve debiera de ser parecida a la que tuvo cualquier griego clásico ante su teatro de tragedia. Los dioses son implacables con sus personajes, y todos habrán de morir. ‘Tiene las horas contadas’, dice uno de ellos; ‘sí, como todo el mundo…’, le responden.


Un infiltrado mafioso en la policía y un infiltrado policía en la mafia. Ésa es la carne del argumento: luego la cosa va de uno de los más grandes y complejos actos sentimentales del ser humano: LA TRAICIÓN.


Al talento cinematográfico de Scorsese, a su modo inquietante de conducir la acción (o de darle la salida, en un arranque demoledor con la música de los Stones y el careto de un Nicholson tragicómico en el más grande y clásico sentido de la palabra), hay que sumarle otros aciertos. Personalmente creo que el de Di Caprio es esencial: magnífico actor capaz de darse la vuelta como un calcetín, limpio o sucio; y no está nada mal un actor con el talentillo más tasado, Matt Damon. También Mark Wahlberg.Y por supuesto que Nicholson sabe cómo doblar la escena y metérsela en el bolsillo.


Bueno, por no irme a Tombuctú. La mejor peli de Scorsese desde ‘Casino’, y tal vez desde alguna antes.


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