De la Academia al trío Oscar

A propósito del premio Alfonso Sánchez, la Academia ha programado un ciclo de cinco películas españolas elegidas por mí y eso es algo que me llena de un rancio orgullo que reconozco aquí (“mira, mamá…, ponen las pelis que yo digo”), aunque también dé pie para que se haga a mi costa algún que otro chistecillo en twitter. Escogí cinco títulos conforme a un criterio tan particular que casi no sabría o no me apetece aclarar y con la absoluta certeza de que no es compartible.

Cambio de tercio a algo menos importante: el trío Oscar. “Grupo 7”, de Alberto Rodríguez; “El artista y la modelo”, de Fernando Trueba, y “Blancanieves”, de Pablo Berger… Difícil elección para los que eligen: un policíaco con mucho nervio, una lírica y ensoñadora historia de amor al arte, un surrealista e hipnótico cuento en voz bajísima que contiene hasta la última gota del alma española, lorquiana, buñuelesca, daliniana, sevillana y profundamente tragicómica, como Valle, Goya o Artur Mas. Me pongo en la piel de los académicos de Hollywood (la imagen ya me da un poquito de asquito, ponerme en la piel, puagg, de nadie) y tengo la impresión de que cualquiera de ellos que vea la Blancanieves de Berges se va a quedar boquiabierto durante varios días… Es casi perfecta para enviarla a Hollywood, y sólo tiene un inconveniente: que es más o menos muda, o sin diálogos, lo que se dará de bruces con “The artist”, y les parecerá algo así como una estela de ella. Pero la afrancesada y preciosa película de Trueba también les puede tocar el pinganillo por dentro. En cambio, “Grupo 7”, que tiene otras virtudes no menores y que conecta con fiereza con el espectador, probablemente los deje más fresquitos, pues ese cine, mejor,peor y parecido, lo hacen ellos como churros.