A la espera de Jarmusch y Tarantino

Ya nadie se acuerda del eclipse, salvo los que lo miraron a pelo… Pero el ‘efecto eclipse’ es una metáfora tan útil y cotidiana como un bonobús: viene Tarantino a Sitges y se estrena ya la última de Jim Jarmusch, esa película irrebatible titulada ‘Flores rotas’. Quién eclipsa a quién… Bueno, en otros universos no sé, pero en el universo mondo y lirondo de este blog, Jim Jarmusch eclipsará a Tarantino, al menos por ahora.

En ‘Flores rotas’ vuelve Bill Murray con el mismo personaje que interpretaba en ‘Lost in traslation’, un tipo que ansía confundirse con la tela mustia que forra su sofá, alguien habitado por la depresión pero que hace de ella una obra de arte más que un lamento o elegía. En la cara de pomo de puerta de Bill Murray se halla el mapa que nos orienta por la historia de esta película tan divertidamente amarga como ese brote de inteligencia que destila el sentido del humor de Murray y su gesto de granuja que vuelve. Aunque en la película sí que vuelve: su personaje se quiere espantar la depresión dándose una vuelta por el presente de su pasado: algunas de las mujeres con las que vivió y/o murió… Sharon Stone, Tilda Swinton, Jessica Lange…, son algunas de ellas, pero no quisiera estrangular ya la película de Jarmusch, sino más bien subrayar las enormes posibilidades de convertirse en comedia semejante situación: alguien deprimido, inteligente y mordaz pretende encontrar consuelo en las flores rotas de sus amores pasados… Bueno, esto me ha salido demasiado serio; intentaré quitarle unas barras de hierro proponiendo aquí la definición que de Bill Murray suele dar mi amigo Toni: ‘es un puto genio’. Se admiten propuestas tanto sobre el adjetivo como el sustantivo (¿?)