Desde que el hermanísimo Juan Guerra invitaba a cafelitos en su despacho de la Delegación del Gobierno de Sevilla, estas dependencias son el símbolo del poder para cualquier personaje influyente que se precie. Sin despacho, no eres nada, parece ser un dogma de fe para los arribistas de la política y los negocios.
Quizás por eso, el extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, se ha empeñado hasta el final en hacernos creer que, a pesar de ser desalojado de sus galones de guardian de las cuentas del PP allá por el año 2009, seguía conservando un despacho en la sede nacional del partido en la calle Génova de Madrid.
Cuando saltó el escándalo de sus cuentas en Suiza y de su supuesta indemnización, finiquito o lo que sea, la mayoría de los medios de comunicación, que no éste desde el que escribo, aseguraron con una contundencia a veces difícil de rebatir que Bárcenas seguía teniendo un despacho, una secretaria y que visitaba con frecuencia la sede nacional de los populares.
Desde el PP, y yo misma lo escribí, se decía que de despacho, nada de nada, que lo que tenía Bárcenas era unas cajas de cartón en la que estaban depositadas algunas de sus pertenencias y que éstas se encontraban en un armario de una de las salas de juntas de las dependencias populares.
Pues ni por esa, muchos programas de televisión, tertulianos y periodistas, erre que erre que tenía un despacho.
Ha tenido que ser un juez el que confirme, a través de un auto judicial, que Bárcenas no tenía despacho, como así publicamos hoy en exclusiva en ABC. El propio tesorero se ha cavado su propia tumba, ya que en la osadía sin límites que exhibe contra el PP, llegó a denunciar al partido por entrar en su despacho, forzarle sus ordenadores y robarle información. Pues va a ser que no, ha dicho el juez, que ni hubo robo, ni se forzaron sus supuestos ordenadores, ni tiene despacho personal. Aún más, advierte que no había ningún motivo para la denuncia y ha archivado la causa.
Otra mentira más de este personaje siniestro, que lo que tiene que aclarar de una vez es la procedencia de los más de 38 millones que tiene en Suiza. Eso es lo que queremos saber ya.
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