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Blogs Cosas del cerebro por Pilar Quijada

Una alimentación inadecuada en el embarazo altera el cerebro del bebé

Una alimentación inadecuada en el embarazo altera el cerebro del bebé
Pilar Quijada el

Induce cambios permanentes en los circuitos cerebrales del bebé que controlan el metabolismo energético y le predisponen a la obesidad y la diabetes, según un estudio.

Varios estudios anteriores han demostrado que las mujeres obesas o con diabetes tipo 2 tienen mayor probabilidad de que sus hijos desarrollen con el tiempo trastornos metabólicos semejantes. En definitiva esos estudios vienen a confirmar un hecho conocido: de madres obesas nacen niños obesos. Esto se podía achacar al aprendizaje de malos hábitos de alimentación, pero se sospechaba que había más razones para “heredar” esa susceptibilidad.

Los mecanismos moleculares y celulares que explican esa tendencia denominada programación metabólica se desconocían hasta ahora. Un trabajo de la Universidad de Yale publicado en la revista “Cell” los ha puesto al descubierto y ha encontrado que la alimentación incorrecta de la madre durante el embarazo induce cambios en los circuitos cerebrales relacionados con el metabolismo en los bebés en gestación. Unos cambios que aumentan el riesgo de obesidad y desarrollar anomalías duraderas en el metabolismo de la glucosa.

En un modelo de ratón, los investigadores han comprobado que una dieta rica en grasa durante la lactancia predispone a las crías a la obesidad y a la diabetes porque se alteran sus conexiones cerebrales en el hipotálamo, una estructura clave del cerebro que regula el metabolismo energético y de la glucosa.

“Herencia” duradera

Los pequeños roedores tenían modificaciones en el circuito cerebral de la insulina, fundamental para controlar los niveles de glucosa en sangre. Estos cambios en los circuitos cerebrales inducidos por la alimentación materna conducen a las crías a la obesidad y a desarrollar anomalías en el metabolismo de la glucosa durante toda su vida.

Aunque desarrollada en roedores, la investigación se puede trasladar a nuestra especie, pero hay que tener en cuenta que mientras los circuitos cerebrales del hipotálamo continúan desarrollándose en los roedores después de nacer, en los humanos se completan antes del nacimiento. Según esto, el tercer trimestre del embarazo es una etapa crítica en la formación en humanos de este circuito cerebral que controla el metabolismo y predispone a la obesidad y otras patologías relacionadas.

Y es precisamente al final del embarazo cuando una alimentación inadecuada de la madre puede afectar a largo plazo la salud de sus hijos. En concreto, el consumo excesivo de grasas durante esta ventana crítica del desarrollo aumenta en el riesgo de tener una descendencia con problemas de peso durante toda la vida o desarrollar diabetes.

Hipotálamo alterado

En el hipotálamo, en una región denominada núcleo arcuato, hay dos grupos de neuronas con funciones distintas. Unas estimulan el apetito y se denominan orexigénicas. Y otras lo inhiben (anorexigénicas) mediante la producción de melanocortina. Precisamente los circuitos que establecen estas últimas células son las que se alteran cuando la dieta de la madre es inadecuada.

La glucosa materna atraviesa la placenta y estimula la secreción de insulina en el bebé en gestación. Pero si los niveles de azúcar de la madre son elevados, especialmente durante el último trimestre del embarazo, se produce un exceso de insulina que altera las conexiones que establecen las neuronas que inhiben el apetito con otras zonas del hipotálamo importantes para regular el metabolismo.

Precisamente en el tercer trimestre suele aparecer la diabetes gestacional, que podría considerarse un signo de alarma para el desarrollo de estas alteraciones del metabolismo de la glucosa en el bebé. Según el estudio, esta predisposición se puede controlar o incluso revertir con una dieta adecuada de la madre durante esa etapa crítica.

Entre el 13 y el 40 de los embarazos se complican por una ganancia de peso de la madre y en un porcentaje que varía entre el 3 y el 10% se desarrolla diabetes gestacional. Tanto la obesidad de las gestantes como el sobrepeso, como la diabetes o incluso los índices elevados de azúcar en sangre aunque no se altere el peso, predisponen a la descendencia a desarrollar algún trastorno metabólico.

Investigación
Pilar Quijada el

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