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Blogs Cosas del cerebro por Pilar Quijada

Si no vives como piensas…

Si no vives como piensas…
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Pilar Quijada el

…Acabarás pensando como vives. Una creencia popular que la neurociencia avala. Un trabajo publicado recientemente en “Nature Neuroscience” muestra que el cerebro se adapta a la falta de honradez. Esa que está hoy, desafortunadamente, tan de moda: “La falta de honradez es una parte integral de nuestro mundo social, que influye en dominios que van desde las finanzas y la política a las relaciones personalesDe manera anecdótica, las transgresiones del código moral a menudo se describen como una serie de pequeñas faltas que crecen con el tiempo. En este trabajo proporcionamos evidencia empírica de una escalada gradual de la falta de honradez en beneficio propio y el mecanismo neuronal que está detrás de esa escalada. En cuanto al comportamiento, se muestra cómo el grado en el que los participantes realizan actos deshonestos que los benefician aumenta con la repetición de los mismos”, explican los autores del trabajo.

Mediante resonancia magnética funcional vieron que la parte del cerebro que nos lleva a “normalizar” esas, al principio, pequeñas faltas es la amígdala, una estructura implicada en el procesamiento emocional y conectada con la mayoría de las otras estructuras del cerebro. La psicología ya sabía de forma empírica lo que ahora la neurobiología detalla. Cuando hacemos algo reprobable por primera, vez la amígdala, que nos avisa de potenciales peligros, se activa y sentimos miedo. Si a esa acción poco ética no le sigue una consecuencia desagradable y además hemos obtenido un beneficio personal, la valoración que hacemos de ese acto cambia. Ya no nos parece tan peligroso. La próxima transgresión ya no será considerada por la amígdala tan amenazante. Así la sensación de peligro será menos intensa cada vez y la probabilidad de un comportamiento un poco más deshonesto aumenta. El cerebro cambia su “visión” sobre las acciones dudosas y laa moral se relaja.

La amígdala es sensible a la historia del comportamiento deshonesto, lo que lleva a una adaptación a esas pequeñas acciones perversas. Además, como explica la psicología, cuando no queremos/podemos cambiar los hechos ya consumados, optamos por cambiar nuestra forma de pensar sobre ellos. Restando importancia a lo hecho logramos que disminuya el malestar psicológico. Esta pequeña trampa, es un mecanismo de defensa del cerebro, que trata de reducir la “disonancia cognitiva”, es decir, la diferencia entre lo que consideramos correcto y la forma en que nos hemos comportado.  

Efecto dominó

Y,  según explican los investigadores, el grado de reducción de la sensibilidad de la amígdala a la falta de honradez en una decisión actual en relación con la anterior predice la magnitud de la escalada de la falta de honradez en la próxima decisión. Los hallazgos descubren un mecanismo biológico que nos sitúa en un “plano inclinado muy resbaladizo”, que explica el mecanismo neurobiológico que hace que lo que comienza como pequeños actos de deshonestidad puede derivar en grandes transgresiones.

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En definitiva, la sabiduría popular acierta al advertir que quien no se comporta de forma acorde con sus principios, con su forma de pensar, acabará pensando de la misma forma que vive para acallar su conciencia…

Muchos actos deshonestos se pueden rastrear hasta una secuencia de pequeñas transgresiones que fueron aumentando en importancia poco a poco. Del fraude financiero al plagio, las estafas en línea y la mala conducta científica, quienes engañaron a otros describen cómo las decisiones deshonestos menores crearon una especie de bola de nieve que fue creciendo con el tiempo”, explican los investigadores. Esto recuerda los argumentos alegados por algunos de los implicados en escándalos de corrupción política, tratando de normalizar y justificar su comportamiento. Todo el mundo lo hace, no creía que fuera un delito…

Para probar la escalada de la falta de honradez y su mecanismo neurológico subyacente, los investigadores, del University College London, escanearon el cerebro de los participantes mientras realizaban una tarea en la que tenían repetidas oportunidades para actuar de manera deshonesta, por ejemplo mintiendo o quedándose con algo que no les pertenecía.

“Los resultados muestran los posibles peligros de la participación regular en pequeños actos deshonestos, peligros que se observan con frecuencia en los dominios que van desde los negocios hasta la política y la aplicación de la ley. A pesar de ser pequeñas las transgresiones iniciales, la participación en actos deshonestos puede desencadenar un proceso que conduce a transgresiones mayores”.

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