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Blogs Cosas del cerebro por Pilar Quijada

La importancia de conservar la capacidad de asombro

La importancia de conservar la capacidad de asombro
Pilar Quijada el

La Navidad es una época especial para los niños. La ilusión y la sorpresa reflejadas en sus rostros son características de estas fechas. Ambas son importantes y no deberían perderse con el paso de los años. En especial la sorpresa, o asombro, se ha conservador evolutivamente porque nos permite aprender y adaptarnos al medio en que vivimos. Se caracteriza por la elevación al máximo de las cejas, gran apertura de los ojos y boca abierta. Pero incluso cuando esos signos externos no existen, porque aún no se han aprendido o desarrollado, los bebés ya tienen capacidad de sorprenderse. Y lo que es más importante, de tomar buena nota de aquello que se sale de lo común.

Lo ha demostrado un estudio publicado en  Nature Communications, este año que dejamos atrás. Aunque no arqueen las cejas ni abran su boca, en el cerebro de los bebés se generan señales neuronales cuando se alteran sus expectativas sobre lo que ocurre a su alrededor, Y lo hacen ya a los doce meses. Estas señales de sorpresa se desarrollan sólo en respuesta a acontecimientos inesperados, y está asociados con los mecanismos cognitivos conscientes.

Sid Kouider y sus colegas investigaron cómo los bebés responden a los acontecimientos visuales que difieren de sus expectativas previas y registraron la respuesta de su cerebro mediante electroencefalografía (EEG), una técnica no invasiva.

Así comprobaron que cuando les mostraban una imagen no relacionada con las anteriores se amplifica específicamente un componente de la respuesta electroencefalográfica asociado con el procesamiento consciente.

Este estudio proporciona evidencia de que el cerebro infantil produce respuestas asociadas con la sorpresa o la alteración de sus expectativas, una señal que sirve como indicación fundamental para aprender de los acontecimientos inesperados y sus consecuencias.

Tal vez por eso los clásicos apuntaban que la capacidad para asombrarse era la base de la filosofía, una disciplina que se define como la capacidad de hacer reflexiones sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente sobre el hombre y el universo. De ahí la importancia de no perder, como muchas veces hemos oído, esa capacidad de asombro característica de la infancia, que lleva a los niños a quedarse literalmente con la boca abierta ante los acontecimientos que se salen de lo común. Una buena forma, además, de mantener al cerebro joven…

Este es uno de los 10 descubrimientos sobre el cerebro en 2015 resaltados en ABC.es. 

Investigación
Pilar Quijada el

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