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Blogs Cosas del cerebro por Pilar Quijada

Descubren la parte del cerebro que hace arriesgados a los jugadores

Descubren la parte del cerebro que hace arriesgados a los jugadores
Pilar Quijada el

Para muchas personas enganchadas al juegos, la realidad está distorsionada. Tienen tendencia a sobrestimar sus posibilidades de ganar, pensando que son capaces de “domesticar” el azar. Una distorsión cognitiva que se conoce como “falacia del jugador”.

Aunque este y otros sesgos de pensamiento son conocidos desde hace tiempo por los psicólogos, sus bases neurobiológicas se desconocían. Ahora un equipo investigadores liderados por el prestigioso neurocientífico Antoine Bechara, de la Universidad del Sur de California, han encontrado una parte del cerebro hiperactiva en los adictos al juego que los hace más susceptibles a esas distorsiones.

La ínsula parece crítica en el juego patológico

Se trata de la ínsula, una estructura “enterrada” entre el lóbulo temporal y la parte inferior del lóbulo parietal , que juega un papel importante en funciones relacionada con las emociones y la regulación de la homeostasis del organismo.

La ínsula está también implicada en la representación en el cuerpo y Antonio Damasio, con quien ha trabajado Bechara, cree que tiene también un papel destacado en la formación de la consciencia.

Para llegar a esta conclusión han los investigadores observaron las reacciones de personas con lesiones en tres zonas concretas del cerebro: la corteza prefrontal ventromedial (que tiene un rápido acceso a la información visual y es capaz de reaccionar casi de inmediato a los eventos visuales negativos), la amígdala (que juega un papel fundamental en las emociones), y la ínsula.

El motivo de haber optado por personas con estas lesiones cerebrales lo explica Lucas Clark, de la Universidad de Cambridge, autor principal del trabajo: “Si bien los estudios de neuroimagen pueden decirnos mucho sobre la respuesta del cerebro a acontecimientos complejos [como el juego patológico], sólo mediante el estudio de pacientes con lesión cerebral podemos ver si una región del cerebro realmente es necesaria para realizar una tarea determinada”.

Tragaperras y ruleta

Los participantes fueron sometidos a dos tareas diferentes de juego. La primera, una máquina tragaperras en la que conseguían ganar y en otras ocasiones se quedaban al borde de lograrlo (por ejemplo, una cereza a punto de formar el trío necesario para obtener premio). La segunda, un juego de ruleta que en el que hay que hacer predicciones del tipo rojo/negro, que favorece la aparición de falacia del jugador. También conocida como de Montecarlo, por alusión al famoso casino, este pensamiento erróneo lleva a creer que la jugada ganadora está próxima después de varios fallos. Como controles, participaron pacientes con lesiones en otras partes del cerebro, así como personas sanas que realizaban las mismas tareas.

Y la conclusión fue clara: Todos los grupos, con la excepción de los pacientes con daño en la ínsula, aumentaron su motivación para jugar después de estar a punto de obtener premio en la máquina tragaperras. Lo mismo ocurrió en el juego de la ruleta, donde después de varias tiradas sin obtener premio estaban convencidos de que éste ya no podría hacer esperar por lo que tomaban la “arriesgada” y poco sensata decisión de seguir jugando… y perdiendo. Unas observaciones que hacen recaer sobre la ínsula la capacidad para ver la realidad de forma sesgada. En definitiva, sería la responsable de los sesgos cognitivos que experimentan los jugadores.

Por eso piensan que “la ínsula podría estar hiperactivada en los jugadores con problemas, haciéndolos más susceptibles a determinados errores de pensamiento”, explica Clark. ¿Cuáles son esos errores? Además de la falacia del jugador, tener una visión sesgada hacia lo que se quiere creer, pensamiento mágico, que lleva a la superstición o pensar que lo que uno siente es lo que va a ocurrir o razonamiento emocional, entre otros.

Investigación
Pilar Quijada el

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