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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

“No importa donde haya nacido”

Ludmila Vinogradoff el

Todavía recuerdo la frase “no importa donde haya nacido” que pronunció Nicolás Maduro este 30 de julio en Guayaquil, Ecuador, a propósito de una reunión de la Alianza Bolivariana para la América (ALBA).  Confieso que me impresionó que no le diera importancia a su lugar de nacimiento.

Nicolas Maduro en su acto contra la corrupción

’Yo me sentiría orgulloso si hubiera nacido en Cúcuta, orgulloso de ser colombiano; o me sentiría orgulloso de haber nacido en Guayaquil. Me sentiría orgulloso de haber nacido en Panamá, donde nació el demente éste (el ex embajador de Panamá en la OEA, Guillermo Cochez)’, divagó Maduro.

 ’Pero nací en Caracas, en la cuna del Libertador (Bolívar)’, dijo el mandatario.

¿Cómo que no importa dónde nació Maduro?”, replicó  un panadero casero que hacía cola desde hacía dos horas  para pagar en la caja del supermercado Bicentenario de Puerto La Cruz por 4 paquetes de harina. “Yo tengo que sacar la partida de nacimiento original de mis hijos para inscribirlos en la escuela todos los años. Y la mía me la piden para todos los trámites y a Maduro no, cómo es eso posible?”, preguntaba indignado.

Resulta que Maduro no ha presentado su certificado de nacimiento cuando se inscribió como candidato a la presidencia de Venezuela para las elecciones del 14 de abril pasado, cuyos resultados  han sido impugnados por su rival Henrique Capriles por presunto fraude. Estos son los dos plomos que lleva en las alas como gobernante desde hace 100 días: la impugnación electoral y el misterio de su nacimiento.

Pero el mandatario no quiere dar su brazo a torcer. Insiste en que nació en Caracas sin presentar el acta de su nacimiento, incluso se casó el 15 de julio con Cilia flores sin mostrar los documentos de su procedencia, de la soltería de su anterior matrimonio ni haber cumplido con el anuncio de los 15 días reglamentarios del casamiento en  los carteles públicos. Los casó su amigo chavista el alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, lo cual lo convierte en cómplice si surgen demandas posteriores, bien por su pasado oscuro,  la falta de documentos  o de otras mujeres que tengan algo que reclamar.

A Maduro parece que no le importara la formalidad y el cumplimiento de las leyes venezolanas. Se casó con Cilia Flores  después de mantener con ella relaciones intermitentes durante 20 años. ¿Sería por conveniencia? o ¿para acallar el escándalo de que su mujer o la primera combatiente   no estuviera legalizada para ejercer como primera dama?. Dijo que se casaron para dar un ejemplo a la juventud, nunca por otras razones. Es solo un detalle.

Otro detalle es su confesión de que “no importa donde haya nacido”está delatando que no nació en Caracas. Es muy simple. Eso puede decirlo un aventurero, un apátrida que vive al día, un oportunista, un hombre listo, un galán de pacotilla, un seductor y mentiroso, pero nunca un Jefe de Estado que debe dar el ejemplo como corresponde. De lo contrario pierde autoridad y nadie le creería.

Para el político Pablo Medina, el presidente venezolano es un indocumentado, apátrida, ilegal e ilegítimo para ejercer el cargo. Vaya manera de comenzar un gobierno.

A Maduro no le importan las leyes venezolanas. De lo contrario hubiera presentado su certificado de nacimiento incluso cien días después de su gestión. Pero ya sería tarde porque si lo presentara ahora  el documento estaría bajo sospecha. Todos pensarían ¿y por qué no lo hizo antes?, ¿sería auténtico o forjado como lo hizo Blanca Ibañez en Táchira, la secretaria privada del ex presidente Jaime Lusinchi?.

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