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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

Transportarse como ganado

Ludmila Vinogradoff el

 

El transporte público en Venezuela ha colapsado. Desde hace seis meses los usuarios deben desplazarse en camiones como si fueran ganado por la falta de autobuses, unidades de los carritos por puesto y repuestos automotores.

se trasladan en camiones como ganado

Esta es la única alternativa que le ha quedado a los venezolanos de a pie para transportarse. Todo el sistema de transporte colectivo tanto privado como público está en las ruinas porque el régimen chavista no entrega las divisas para importar los repuestos y neumáticos.

Las rutas inter urbanas son las peor servidas. En los terminales de autobuses ya no salen autobuses sino camiones que han sustituido a los medios tradicionales.  La gente va como en latas de sardina o como ganado apretujado. La humillación está a la orden del día y suceden cosas lamentables en medio de tanta tragedia que agobia a los venezolanos.

camiones con verdura y gente

El trayecto entre Caracas y Guatire puede tardar más de doce horas cuando regularmente se hace en dos horas. Y del costo ni hablar, el pasaje de 2.000 bolívares puede salir en 10.000. Los conductores cobran lo que les da la gana y no hay autoridad que ponga orden en el caos.

El chavismo ha dejado en la calle a la gente y dentro de poco  tendremos el parque automotor paralizado como en Cuba, cuyos vehículos de los años 60, forman parte de la colección de anticuarios o de museos congelados en el tiempo.

camion de gente

Los gremios de autopartes reportan que el desabastecimiento es del 90% y no hay anuncios oficiales que den esperanzas de mejorar la situación. La corrupción es la causa principal de la tragedia del transporte.

Con China las relaciones no andan en ruedas. Es el peor negocio que ha hecho Venezuela. Las pocas unidades de los autobuses chinos  Yutong que circulan en el país son el montaje de miles de unidades que están muertos en los cementerios que se observan alrededor de Caracas.

El gobierno chavista no se ha preocupado de exigirle a los chinos la dotación de repuestos en la compra de los Yutongs como parte obligatoria en la contratación. Cada unidad importada no tiene ni seis meses de vida. Cuando alguna unidad del colectivo se avería entonces lo reparan con las piezas que desbordan en los cementerios.

El 14 de enero de 2015 el régimen de Nicolás Maduro inauguró una planta para fabricar unos 3.500 autobuses chinos Yutong al año con una media de 14 unidades diarias. Pero hasta ahora solo ha ensamblado 100 unidades. El dinero se ha esfumado por la corrupción tanto de los funcionarios chinos como de los venezolanos.

Lo angustioso es que no hay colectivos ni más dinero para importarlos. Al régimen de Maduro parece que no le importa tratar a  los venezolanos como animales y solo acordarse de ellos en la época de elecciones cuando prometen villas y castillos que nunca cumplen.

 

 

 

 

 

 

 

 

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