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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

Aprobado el juicio contra Maduro

Ludmila Vinogradoff el

Nicolás Maduro lleva tres condenas parlamentarias en los cinco años que tiene en el poder. Ya debería estar entre las rejas pero el control totalitario que ejerce sobre la mayoría de los poderes lo ha salvado, por ahora,  de terminar con sus huesos en la prisión.

Asamblea Nacional en la aprobación del juicio a Maduro

 

La Asamblea Nacional, el poder que domina la oposición, logró este martes 17 aprobar el enjuiciamiento contra Maduro por corrupción para que sea el Tribunal Supremo de Justicia en el exilio el que inicie el proceso judicial en Bogotá.

El mandatario venezolano también tiene una orden emitida por el supremo tribunal para que la Fuerza Armada Nacional, la policía y la Interpol internacional lo arresten de manera preventiva mientras dura el enjuiciamiento en el exterior.

Con esta decisión votada nominalmente por 105 diputados a favor y dos en contra, de los 165 escaños existentes, el parlamento aprueba la tercera condena contra Maduro. La primera fue por responsabilidad política en 2016, la segunda por abandono del cargo en 2017, y este martes la tercera, también llamada como la autorización del ‘’antejuicio de mérito’’.

La causa que inició la fiscal general en el exilio, Luisa Ortega Díaz, es por corrupción con la empresa brasileña Odebrecht. Maduro habría recibido sobornos por 35 millones de dólares para su campaña de 2013 y a cambio les otorgó 13 contratos de obras públicas por un monto de 2.500 millones de dólares durante once años, incluidos los de Hugo Chávez.

El régimen de Maduro hizo lo imposible para impedir que el parlamento aprobara el enjuiciamiento en su contra. Dividió a los partidos de oposición para restarle votos a la mayoría, pagó propaganda para cuestionar el juicio y los militares impidieron el ingreso de la prensa al palacio legislativo para que no pudieran cubrir la plenaria por lo que pocas personas se enteraron de lo pasó.

Pero el régimen no tuvo suficiente dinero para pagarle a los tipos de la ‘’esquina caliente’’, situada a una cuadra del palacio legislativo, para que provocaran violencia para impedir la reunión parlamentaria. La esquina en verdad estuvo fría sin sus acostumbrados agitadores en la Plaza Bolívar.

Lo que pasó en realidad es que los diputados fueron más inteligentes y astutos. Amanecieron en la Asamblea Nacional antes de que la Guardia Nacional Bolivariana les cerrara el paso y así pudieron cumplir con su deber histórico de enjuiciar a Maduro, aunque éste no se lo tome en serio.

La oposición en la Asamblea Nacional logró con su decisión reivindicarse y lavarse la cara ante los venezolanos que ya estaban decepcionados por tanta inacción y complacencia con el régimen. El juicio a Maduro logró unir a los radicales con los moderados.

Para el ex presidente de la Asamblea Nacional y secretario general de Acción Democrática, Henry Ramos Allup, el enjuiciamiento “’tiene fuerza en sí mismo porque procede no por motivación política sino por causas asociadas a la corrupción”.

Ahora la papa caliente está en las manos de los militares y la policía de ejecutar la orden del parlamento y del supremo tribunal. La fiscal Ortega lo ha advertido, si la Fuerza Armada Nacional no procede a acatar el mandato entonces lo “harán los organismos internacionales’’. Después no habrá excusas. 

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