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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

Presos por tumbar estatuas

Ludmila Vinogradoff el

En medio de la ola de protestas antigubernamentales que viven los venezolanos desde hace 5 semanas la comunidad de Villa del Rosario de Perijá, estado petrolero del Zulia,  decidió tumbar una estatua del difunto Hugo Chávez, arrastrarla por el piso y luego quemarla como una forma de manifestar su descontento con la tragedia que vive el país.

La estatua de Chávez quemada

Pero el gobernador del Zulia, el coronel Francisco Arias Cárdenas, el mismo que  una vez llamó  “traidor y gallina” a su compañero de armas y de golpe del 4-F,  ordenó castigar a los osados “tumbaestatuas”,  muchos de ellos menores de edad, con cárcel y juicio sumarial.

Pero la destrucción de la estatua de Chávez ha servido de ejemplo para que otros hicieran algo parecido pero de manera discreta para evitar el castigo de la prisión. En el sector Las Tienditas, Ureña, estado Táchira, los habitantes de la zona también tumbaron un busto de Chávez, pero de manera discreta. Nadie supo la identidad de los magos que lograron por arte de magia desaparecer la efigie del difunto.

 

busto desaparecido de Chávez en Táchira

 

En Venezuela no hay tradición del culto a la personalidad de los políticos. Ningún ex presidente,  a excepción de Chávez,  tiene su estatua en la calle. Solamente el libertador Simón Bolívar, considerado como el padre de la patria,  y los próceres de la independencia tienen su figura en la calle para ser recordados.

Por eso no es de sorprender que el descontento y la rabia que sienten los venezolanos por la severa crisis económica, política y social, sumada a la brutal represión contra las marchas, surjan jóvenes espontáneos que quieran descargar su ira contra las estatuas de Chávez, a quien culpan de haber puesto a Nicolás Maduro en la Presidencia, y que no quiera dejar el cargo por las buenas después de 37 muertes que ha causado la represión oficial.

Pero Maduro prefiere hablar con los pajaritos de su mentor y con las vacas para pedir el voto para su constituyente en lugar de resolver la crisis que agobia a los venezolanos, aunque lo tachen de loco y enajenado mental. ¿Algún parecido con Nerón, que tocaba la lira,  mientras ardía Roma?.

Cuando empiezan a tumbar las estatuas de líderes es porque los síntomas de la decadencia y la descomposición señalan la inminente caída de un régimen. Muy poco tiempo ha durado el Chávez de bronce en pie. Los barrenderos recogerán sus pedazos hechos añicos que alguno de sus seguidores guardará de recuerdo.

 

 

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