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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

La tortura de los Sánchez

Ludmila Vinogradoff el

Este Domingo de Resurrección el presidente Nicolás Maduro cometió otro error en público. Mostró por televisión un vídeo en el que un joven, visiblemente maltratado y golpeado,  confesaba que su partido Primero Justicia (PJ) financiaba supuestos actos terroristas.

Se trata de los hermanos conocidos como los morochos o gemelos José y Alejandro Sánchez, estudiantes de 21 años, militantes de la formación justiciera, que fueron detenidos, torturados y enjuiciados en menos de una semana durante las protestas de la oposición.

Pero lo que Maduro alardeó públicamente como la “prueba” de una supuesta conspiración en su contra no es más que una delación forzada bajo torturas que no tiene validez jurídica pero sí la evidencia de un delito, otro bumeran,  por el que el mandatario será llevado a la Corte Penal Internacional de la Haya como lo acordó hoy la Asamblea Nacional por votación mayoritaria.

José Sánchez, padre de los gemelos encarcelados, contó en la sesión plenaria del parlamento los detalles de la tortura que sufrieron sus hijos en manos de 37 agentes del Sebín, la policía política.

Su testimonio arrancó lágrimas entre los diputados:

“Pude constatar con dolor como mis hijos fueron torturados vilmente con pistolas, los amenazaban con matarlos, les cubrían la cara con paños, los hacían grabar videos bajo sentencia de muerte, eso lo dijeron mis hijos libremente ante el tribunal”, dijo Sánchez.

El padre de Padre de los “morochos”, también es abogado y aseguró que sus hijos fueron torturados antes de obligarlos a inculpar a la formación Primero Justicia de los hechos violentos que ocurridos en Caracas por las protestas.

Recibieron torturas de todo tipo. “José Francisco dijo que lo montaron en una camioneta contra su voluntad al salir de la casa de su novia. Le colocaron un paño en la cara y lo grabaron. Luego pasaron la grabación a su hermano Alejandro, quien me dijo que lo encerraban en un cuarto, le apagaban la luz y lo amenazaban con matarlo y  enterrarlo, si no decía lo que los agentes del Sebin querían”. El padre de los jóvenes consideró una injusticia que una juez decidió, este lunes, privar de libertad a sus hijos y enviarlos a la cárcel de Tocorón, en el estado Aragua.

Al despedirse su hijo José Francisco le dijo: “estas lágrimas serán alegría mañana cuando recuperemos la libertad”. Lo tuvieron tres días de pie, colgado de un brazo, sin poder dormir en los calabozos del Sebin.

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