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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

La lotería de la escasez

Ludmila Vinogradoff el

En Venezuela es más fácil ganar la lotería que conseguir pollo o un pote de leche. Hay que perder horas y horas en las colas y peregrinar, por lo menos, en tres supermercados en el día para tener la suerte de comprar algo con que medio pueda comer la familia.

Colas para comprar comida

El racionamiento a la venezolana funciona con un esquema al azar y aleatorio. Solo un día a la semana por el número terminal de la cédula o carnet de identidad  hay derecho para comprar los productos regulados, formado por el sistema biométrico de la huella dactilar. Es decir, es personalizado,  no se puede mandar a alguien para que haga la tarea del mercado ni sustituir la huella del pulgar porque la caja registradora lo rechaza.

Pero los 40 alimentos regulados nunca están disponibles en los anaqueles de las tiendas, sino uno o dos productos, que los empleados van ofreciendo de dos paquetes por persona, de manera graneada y ordenada.

Las colas kilométricas se hacen a ciegas. La pregunta habitual entre los vecinos es ¿”qué van a sacar hoy”?, no sé, a lo mejor “azúcar y café”. Ah, entonces el consumidor se queda esperando en la cola pero al llegar su turno tras perder su tiempo inútilmente,  lo más probable es que le den un portazo y le respondan: “ya se acabó, no hay más”.

Los productos básicos regulados y escasos son: harina de maíz y de trigo, leche en todas sus presentaciones, pollo, carne, huevos, aceite, margarina, atún, espaguetis, mayonesa, caraota o frijoles negros, azúcar, café, papel higiénico, servilletas, pañales, toallas sanitarias, crema dental, desodorante, champú, hojillas de afeitar, tinte para el pelo, jabón para lavar y jabón para bañarse.

Desde hace tres años los venezolanos deben hacer colas para conseguir comida y medicina sin perspectivas de que mejore el abastecimiento sino que empeore a medida que se acercan las elecciones legislativas  del 6 de diciembre. La producción nacional está por el suelo por falta de insumos y semillas, y la importación de productos pasa del 70%.

El Papagayo de las protestas

Para no hacer las fastidiosas colas hay que pagar entre 7 y 10 veces más caro en el mercado negro de los “bachaqueros” o revendedores ambulantes. Esto también se aplica para la escasez de repuestos para los coches como las baterías y los cauchos.

Y para combatir a los “bachaqueros” el gobierno de Nicolás Maduro no ha pensado nada mejor que lanzar la operación de las 25.000 mujeres o fiscales populares que van a perseguir a los contrabandistas del mercado negro en todo el país. Así, con la represión piensa que va a llenar el mercado vacío y no con la producción nacional.

 

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