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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

Las lágrimas del gas

Ludmila Vinogradoff el

Las lágrimas que producen las bombas de gas dejan una profunda huella en el alma. Los venezolanos llevan más de un mes enfermándose con gases tóxicos, todos los días, que los cuerpos de seguridad disparan contra los manifestantes para disolver sus protestas, que han dejado un sangriento saldo de 28 muertos, 360 heridos y 1.300 detenidos, según cifras oficiales.

El espeso humo tóxico

Pero lo grave es que las lacrimógenas están vencidas y su daño en la salud es impredecible. “Puras bombas vencidas fue lo que lanzaron”, comentaba un residente de la calle Sucre de Chacao que recogió él solo este miércoles unos cuarenta cartuchos.

“Estas cuarenta bombas son apenas una pequeña cantidad de lo que han disparado la policía y la Guardia Nacional”, muestra el residente que pidió reservar su nombre. Muchas de las bombas presentan fecha de caducidad del año 2007 con la advertencia en su etiqueta: “es peligrosa su utilización después de la fecha de validad”.

gas en Altamira sur

Chacao y Altamira son las dos zonas más castigadas por las bombas lacrimógenas. Son bastiones de la resistencia  opositora al igual que en San Cristóbal por sus barricadas o guarimbas que son reprimidas por los uniformados y los grupos paramilitares y parapoliciales mejor conocidos como los ‘colectivos’ que andan armados en motos.

Ramón Muchacho, el alcalde de Chacao, alertó sobre lo que considera una dinámica extraña: “es curioso ver en los últimos días que algunos grupos, pequeños pero bien organizados, aprovechan la protesta para ejecutar actos de vandalismo contra propiedad pública y privada en nuestro municipio, particularmente las instalaciones del Metro de Caracas, el Minfra, el Inavi y la DEM, sin que el Gobierno lo impida de manera efectiva con la acción de la Policía Nacional Bolivariana y la GNB”.

Alcalde Ramón Muchacho


“Estos grupos vandálicos parecen tener amplio margen para actuar y atacar propiedad pública y privada porque el Gobierno, responsable del orden público, no brinda protección permanente a los distintos edificios gubernamentales”, añade.

“Acto seguido, los efectivos de la GNB y la PNB desatan una operación de represión contra zonas residenciales que castiga severamente a nuestros vecinos con gases, perdigones y el uso desmedido de la fuerza pública”, denuncia Muchacho.

Algo parecido sucede en San Cristóbal, muchos de los ‘colectivos’ con la autorización de las autoridades montan sus propias “guarimbas” tipo peaje y piden dinero a los transeúntes si quieren pasar por la calle. Así desvirtúan el sentido de la lucha de los estudiantes.

 

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