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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

El Rey de la Ilusión

Ludmila Vinogradoff el

El libro ‘El Rey de la Ilusión’ de Liko Pérez comenzó a escribirse en Caracas en 1983 como un guión cinematográfico, luego continuó en Estocolmo en el 2012 bajo el formato de un cuento y al final terminó imprimiéndose como un relato en Almería, España, en el 2023.

El Rey Zamuro como protagonista principal del libro de Liko Pérez

La editorial almeriense Dos Aguas lanzó su primera edición que no duda en calificarla de brillante texto en donde ofrece ‘’una narración con un claro acento de español de América, que rezuma giros y estructuras gramaticales francamente enriquecedores’’.

El libro presenta más de 40 ilustraciones pintadas por Gerardo Jofre, un pintor chileno de estilo ingenuo con fuerte tinte impresionista que sin haber conocido la selva amazónica logra plasmar el mundo mágico en el que se desarrolla el relato de aventuras.

“Caramba, mientras más crecemos, más somos esclavos de nuestro pasado y más nos lamentamos de lo que no pudimos hacer’’, son algunos de los fragmentos reflexivos que nos sorprenden en el relato.

De padres almerienses el autor Liko Pérez nació hace 79 años en Sete, Francia, pero llegó en condición de apátrida a la edad de 4 años a Caracas donde tuvo la oportunidad de formarse. Posteriormente se trasladó a Inglaterra y Suecia. Su doble nacionalidad sueco venezolana le aporta otra visión al corazón del Amazonas.

-¿Puede el libro del Zamuro volver a su estado original de guión cinematográfico?

-Si, sería mucho más rico porque ha habido más reflexión en estos años, pero yo no sería quien quisiera hacer esta película.

-¿Por que no, si usted es cineasta también?

-Porque ya pasó el tiempo de hacerlo. Son producciones muy grandes que suponen andar en curiara, adentrarse a la selva y todo lo que conlleva hacer este tipo de historia. Eso es para una persona más joven que le gustara llevar la historia al cine.

-¿Cómo se inició la historia del libro?

-El proyecto se presentó en Caracas en el entonces Ministerio de Fomento donde me negaron el crédito y la película no se pudo hacer.

-¿Cuál fue el motivo?

-El comité decidió negar el crédito porque consideró que el proyecto era muy capitalista.

-Si, porque en el libreto los niños buscaban un tesoro para comprarse cosas como un caballo blanco igual al de Simón Bolívar, una cocina de kerosén para la madre y otro niño que quería ser millonario.

-¿Cómo se convirtió entonces en un libro?

-El guión se hizo en 1983 y en el 2012 estaba yo cerca de recibir mi pensión por mi trabajo en la comunidad de Estocolmo y pensé que ya podía convertir el libreto en un relato para salvar la intención que tenía la película.

-¿Y cuál era la intención?

-Mostrar una manera de vivir un poco más bucólica de como se esta viviendo ahora, respetando valores fundamentales de convivencia social.

-¿Cómo se recuperan los valores perdidos?

-Para recuperar los valores que se están perdiendo, por ejemplo, el respeto a la naturaleza, la armonía de la convivencia y todo esto,  a través de unos niños aun no viciados por la modernidad; o sea, que se desarrolla intencionalmente en un mundo bucólico, un poco más primitivo y más acorde con la naturaleza humana.

-¿No cree que es una utopía rescatar valores en un Amazonas que está siendo amenazado por los depredadores?

-No creo que sea una utopía. Justamente lo que vemos en el 2024 es un resquebrajamiento de los valores actuales que han sido distorsionados. Hay un anhelo por volver a vivir de manera más sencilla.

-¿Para hablar de valores es mejor no mencionarlos?

-La idea de la obra es reivindicar los valores fundamentales de convivencia sin nombrarlos, para generar situaciones donde éstos se incluyan de manera subliminal.

-¿Cómo se descubren esos valores en la historia del Zamuro?

-En la historia del Zamuro hay dos realidades: la real y la mítica. La realidad mítica  contamina a los niños a través de dos mineros bastante desgastados por la vida que habían encontrado cosas de valor en la selva.

-¿Cómo cuales?

-Como el gran diamante que encontró el minero Mariano. Pero para obtenerlo los niños se lo tenían que ganar, y para ganarse cosas en la vida hay que trabajar, hay que hacer esfuerzos,  hay que apasionarse por ideas y en este caso simplemente ilusionarse.

-¿A qué público va dirigido su libro?

-Va dirigido a los niños de 10 años y hasta adultos de 99 años. Es amplio, los padres deberían de ayudar a leer a los hijos.

-¿Pero en su libro los protagonistas principales son los niños?

-Si, en resumen los niños se ven obligados a interactuar al margen de los mayores y tomar sus  propias decisiones. Y el ejemplo es cuando el niño le dice a su padre que será millonario  con la perla que lleva el zamuro en el pico. Y el padre, escéptico,  le responde que todos los millones, si acaso,  los harán en la panadería. Aunque los mineros sí creen en las fantasías de los niños: para que se mantengan con ilusión y en equilibrio con la naturaleza.

-¿Por qué San Fernando de Atabapo?

-Porque es la última ciudad en el Amazonas, cuya capital es Puerto Ayacucho y  San Fernando de Atabado es la puerta de entrada a la selva profunda. El mundo esta plagado aun de lugares habitables gracias a la providencia. Son dos mundos en contraste.

-¿Que contacto ha tenido con las poblaciones indígenas del Amazonas?

-Con motivo de un festival de teatro en Caracas tuvimos la oportunidad de llevar al Danes Odin Teater para que hiciera una representación teatral con los indios Yanomamis, algo que me abrió el entendimiento a las profundas diferencias que existen entre la cultura occidental y la cultura indígena. Fue un encuentro mágico.

-¿Y dónde queda la esperanza de una comunión?

-En el relato existe un palpable divorcio entre los dos mundos: el occidental y el de la profunda selva amazónica.  La esperanza queda flotando en las misteriosas aguas del alto Orinoco y bajo la mirada esquiva de los indígenas.

Liko Pérez, autor de El Rey de la Ilusión
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