La jornada marathoniana de Isabel Preysler

Desde primera hora de la mañana Isabel Preysler no ha parado de hablar de sus cremas. Ha tenido varios encuentros. Primero en su casa de Puerta de Hierro con la prensa especializada en cosmética, luego por la tarde en una convocatoria con los medios (la mayoría de la prensa rosa) y en donde no ha evitado ninguna pregunta. Entre medias entrevistas telefónicas, encuentros con bloggers y con representantes de ventas. Isabel ha supervisado cada detalle, controlado las luces y exigido un maquillaje nuevo, más bronceado, que estrenaba al igual que su media melena con raya central. Chaqueta de esmoquin blanca, pantalón negro y zapato salón para la tarde. “Soy empresaria y soy imagen de mis cremas”, decía. También dejaba claro que sigue tratándose en Maribel Yébenes (el cuerpo) y el centro Massumeh (la cara) y que su debut con cremas propias no supone ningún encontronazo con las profesionales que hasta la fecha se han encargado de sus cuidados físicos. Tras la rueda de prensa de casi una hora Isabel quiso atender a algunos medios más que quedaban pendientes para luego regresar a su casa de Puerta de Hierro y reunirse con sus hijas. Mañana es su cumpleaños y habrá comida y tarta familiar. Sus hijas, algunas amigas íntimas y sus sobrinos, hijos de su difunta hermana Beatriz y con los que tiene trato diario, estarán a su lado. Su madre no ya que permanece en Filipinas hasta junio que será cuando vuelva a Madrid para pasar el verano con Isabel que este año tendrá que decidir si vuelve a Marbella o elige otro destino más anónimo.