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Jardiel, homenaje sin necesidad de aniversario

Jardiel, homenaje sin necesidad de aniversario
El nicho de Jardiel Poncela /FOTO: Maya Balanya
Pedro Víllora el

“No apaguéis los móviles. Que interrumpan a los que hablen, sobre todo si se alargan y aburren. Así, si el homenaje es un fracaso, parecerá que no lo es”. Era Enrique Gallud Jardiel, nieto de Jardiel Poncela, quien iniciaba así el homenaje a su abuelo, que ha tenido lugar la mañana del día de San Juan en la Sacramental de Santa María. Allí están los restos del escritor tras una lápida en la que puede leerse: “Si buscáis los máximos elogios, moríos”.

Enrique Jardiel Poncela nació el 15 de octubre de 1901 y falleció el 18 de febrero de 1952: “Dado que nació en octubre, lo celebramos en junio”. Los organizadores descartaron un banquete, porque Jardiel no acudiría “dado que no le gustaban”. Tampoco convocaron a políticos “porque nos hacen reír pero ellos mismos no tienen sentido del humor”. Optaron por una ofrenda de imperdibles, con cada asistente depositando el suyo ante la lápida, pues, según escribió el dramaturgo, “las obras de teatro se hacían a base de sudor e imperdibles”. Eso sí, antes había que soportar que “algunos pelmazos del mundo del teatro se tirarán unos a otros discursos a la cabeza y leerán textos de Jardiel, procurando atascarse y tartamudear lo menos posible”.

El homenaje reunión a más de 150 personas/ FOTO: Maya Balanya

 

El primero ha sido Gallud con una “Oda lacrimógena a Jardiel”, recordando la que hiciese Zorrilla en el entierro de Larra sin advertir que luego Larra habría podido hacer lo mismo y vengarse leyendo la suya en el entierro del autor del Tenorio. Después, Jacobo Dicenta acudió a un fragmento de “Angelina o el honor de un brigadier” en el que se compara a la mujer con un cigarro: “Por lo cual decir me toca / que el resumen de la loca / vida pasional del hombre / es, por más que ello os asombre / llevarse ambos a la boca”.

Bisnieto de Jardiel y nieto de Alfonso Paso, Ramón Pasó justificó la ausencia de su madre, la gran actriz Paloma Paso Jardiel, que “desgraciadamente se había ido a la playa”. El crítico José Miguel Vila recordó que, de 28 obras estrenadas, 24 fueron bien acogidas, luego su postura contra la crítica nació por legítima defensa. Juan Carlos Talavera recuperó las “Anécdotas históricas aunque nada verdaderas” donde se aseguraba que Juana de Arco era “una muchacha muy sencilla, aunque rubia”. Pepe Viyuela acudió al “Libro del convaleciente” con ese cuento “¡Mátese usted y vivirá feliz!” que dice: “Cuando un hombre ve su amor rechazado por una mujer morena, en lugar de dedicarse a buscar una mujer rubia, que sería lo lógico, se dedica a decir que la vida es una comedia odiosa”.

FOTO Maya Balanya

 

También del “Libro del convalenciente”, José María Torrijos y Juan Carlos Pérez de la Fuente, recitaron “La universidad de Herby o los encantos de la democracia”, donde un presidente se castiga a sí mismo por haberle pegado a su ministro: “Y el Presidente Treesvelt se arreó un puñetazo tan terrible que desde entonces anduvo ya mal de la cabeza, pronunció discursos sensacionales todos los jueves y dijo a todo el que le quiso oír que él iba a arreglar el problema social, económico y político del Mundo”. Para Eloy Arenas, el autor sería hoy el rey del twitter: “Al que tiene éxito, todo éxito le parece injusto”. Teme, no obstante, que los intransigentes se cebarían con él.

FOTO Maya Balanya

El que suscribe aseguró que el mayor amor de Jardiel había sido su coche Ford V8, y lo argumentó: “Te estimé por siempre y te honré también. / Te honré en tus tuercas, te honré hasta en las «juntas» / y si no, contesta a algunas preguntas. / ¿Estando tú en forma tomé yo algún tren?”. José Mota, para quien lo peor de morirse es que te mueres para siempre, aunque aún peor sea morirse en vida, el humor nos salva del suicidio, si bien habrá quienes en los aforismos jardielescos se sientan incómodos: “Una solterona es una mujer que ha pasado muchas nocheviejas pero ninguna nochebuena”.

Manuel Galiana desgranó los “Cuentos y chismes del oficio”: “Aunque no se explica, ni concibe, / el que no es escritor escribe mucho, / y el escritor ya ducho, / ese, si puede no escribir, no escribe”. Por último, y dado que ninguna mujer había intervenido, Pepe Viyuela pidió a la actriz Maribel Vitar que recitase una oración o padrenuestro jardielesco.

@Pedro_Villora

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