Suele ocurrir que tras un desastre deportivo llegue una revolución. Es en tiempo de crisis cuando los dirigentes tiran la casa por la ventana en busca de un cambio radical. Comenzar de cero (o casi) para intentar recuperar el trono perdido.
En el Barcelona, la situación es diferente. Tras el título conseguido el sábado (el noveno desde que Xavi Pascual llegó al banquillo), habrá limpia, sí, pero manteniendo las bases. Los cimientos que le han dado el carácter ganador al equipo y que le han permitido mantener la hegemonía nacional a pesar del emergente empuje del Real Madrid.
Más de la mitad de la plantilla dejará el club catalán. Unos, como Lorbek, apuntan a la NBA. A otros les ha pasado factura la edad o las lesiones. Sea como fuere, Xavi Pascual tendrá mucho trabajo este verano. Casi tanto como el que le ha dado ganar esta final. “He dormido solo dos horas en los últimos dos días”, reconocía el técnico tras ganar el quinto partido al Real Madrid.
De los jugadores de la actual plantilla, son pocos los que parecen tener asegurada su continuidad en Barcelona. El puesto de base parece bien cubierto por Sada y Marcelinho. El primero, tras una temporada gris, ha sido uno de los mejores de la final y, aunque tiene que renovar, parece que habrá solución; el brasileño, héroe con su triple del primer encuentro de la serie, ha desterrado todas las dudas. Por ahí no habrá cambios.
Juan Carlos Navarro clama por unas semanas de descanso. Lo necesita para recuperarse al cien por cien y, aunque dentro de nada comenzará su preparación para los Juegos Olímpicos, el mes de agosto aparece en el horizonte como un paraíso para su fascitis plantar. Recuperado es todavía el mejor 2 de Europa y el Barcelona lo sabe. Le quedan años de baloncesto.
Pete Mickeal ha sido junto a Lorbek el gran bastión del Barcelona Regal en la final. El americano tiene un espíritu campeón que no se encuentra fácilmente. Con contrato en vigor, seguirá una temporada más.
El cupo de nacionales obliga a mantener en el vestuario a Rabaseda, cuyo rendimiento ha sido irregular, pero al que se ve como un valor interesante para el futuro. Siguiendo por el perímetro, ni Ingles ni Wallace (pívot que huye de la pintura) -ambos con contrato en vigor- tienen asegurada su continuidad y dependerá de los posibles refuerzos que puedan llegar.
El fichaje estrella de la temporada, Chuck Eidson, no ha cubierto las expectativas. Espectador de lujo en la final, la lógica obligaría a rescindir su contrato (uno de los más altos de la plantilla), pero los tiempos de crisis económica no aconsejan ese dispendio. Seguirá si no acepta una salida barata.
En la pintura es donde Pascual tendrá más trabajo. N’Dong termina contrato y, a sus 34 años, sus rodillas le alejan del Barcelona. Sin él y (posiblemente) sin Lorbek, Vázquez se queda como único pívot puro. El gallego termina contrato y tiene una oferta en firme de los Magic para ir a la NBA. La aventura americana no le tienta, pero su futuro en Barcelona tampoco es firme. Si se va, y teniendo en cuenta que Perovic tampoco seguirá, todo el juego alto del campeón será renovado, con la dificultad que entraña encontrar buenos pívots en el mercado europeo.
ACB
