Ocurre en las mejores familias, pero llama la atención que sea justo ahora, con la final de la NBA tan cerca, cuando afloren las desavenencias en el seno del vestuario de los Grizzlies. Las dos derrotas consecutivas ante los Spurs han desatado los nervios en la franquicia de Memphis, reflejado en las palabras de Lionel Hollins y Marc Gasol en las últimas horas.
Preguntado sobre si creía que el papel de Marc durante estos dos partidos había sido el correcto, el técnico respondió negativamente. “No ha tirado todo lo que queríamos y hemos hablado sobre ello. Sobre coger el ritmo que nos ayude a todos a mejorar”, señaló el entrenador a la CBS.
La sorpresa de Marc, minutos después, fue total. “No soy el tipo de jugador que busca sus propios tiros. No entiendo lo que quiere decir. ¿Ser más agresivo, atacar la pintura e ir más al poste? Seguro, ¿pero buscar sólo tiros? Eso no suena bien”, respondió Marc, molesto con que Hollins haya centrado en él las culpas por las dos derrotas en San Antonio.
Esta noche (3.00 horas), comienza la remontada para seguir soñando con el título, lo que visto lo visto en el Este (donde Indiana está tuteando a los Heat) no es una quimera. Los Grizzlies ya levantaron un 2-0 en la primera ronda ante los Clippers, así que saben de sobra que es posible, pero todo pasa por este primer encuentro en casa, donde el FedEx Forum cumplirá un papel fundamental. El “Believe Memphis” teñirá de blanco y amarillo las gradas. La ciudad vive estos días por y para el baloncesto. Beale street, el centro neurálgico de la capital del blues, ha dejado aparcados los ritmos musicales para centrarse en el baloncesto. Aquí no tienen cabida las polémicas ni las riñas internas. Sólo existe la fe y la creencia en el milagro.
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