Lo de Dennis Rodman como embajador de buenas intenciones está empezando a ser tan habitual como extraño. Si hace unos días os contaba cómo el exjugador de la NBA viajaba hasta Corea del Norte, donde se le vio en buena sintonía con el dictador Kim Jong-un, ahora se ha plantado en el Vaticano, en pleno cónclave para elegir nuevo Papa, en un intento por conocer de primera mano al recién elegido Pastor de la Iglesia Católica.
Rodman ha asegurado que su intención es “difundir un mensaje de paz y amor por todo el mundo. Allá donde lo necesiten”. El díscolo exjugador, que quería llegar a tiempo de la fumata blanca, lo ha conseguido y está ya en el Vaticano esperando a que se haga pública la identidad del nuevo Papa.
Según reconocen en su entorno, Rodman estaría encantado con que el elegido fuera el cardenal de raza negra, Peter Turkson, y ha afirmado que su gente en el Vaticano ya está organizando el encuentro para poder ser recibido por el nuevo Pontífice.
Lo de Rodman (la tontería que tiene, quiero decir) no termina ahí. Su primera intención era entrar en la Plaza de San Pedro en un Papamóvil construido ad hoc para él, pero a la nieve ha impedido la llegada hasta Roma de su nuevo vehículo. Lo dicho, hay cosas que ni el tiempo puede curar… y “lo de” Rodman, parece ser una de ellas.
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