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Blogs Pasando por el aro por Emilio V. Escudero

Los sueños de oro de Juan Carlos Navarro

Emilio V. Escudero el

Juan Carlos Navarro es el mejor jugador de baloncesto que no juega en la NBA. Eso es así. No hay dudas. Puede discutirse si hay otro jugador igual de determinante que él en otra posición, pero, en la suya, no tiene parangón. Emigró mayor a la NBA, jugó una temporada y regresó. Aquí es feliz. Tiene todo lo que puede necesitar, pero el gusanillo de medirse a los mejores sigue tocándole la fibra cada nueva temporada.

Hace unos días, coincidiendo con el arranque de la NBA, el escolta catalán volvió a expresar un deseo. «Si gano los Juegos Olímpicos, me plantearé volver a la NBA». Es la primera vez que Navarro expresa ese deseo en público de manera tan contundente. Su etapa en la NBA estuvo marcada por las derrotas. Los Grizzlies, en esa época, eran un equipo perdedor. Pero perdedor de verdad. De los de final de la cola. Aquel suplicio de derrotas fue demasiado para él, que decidió volver para ser feliz.

En América, Navarro se demostró a sí mismo (y a los demás) que tenía nivel más que suficiente para jugar en la NBA. Promedió 10,9 puntos por partido y se quedó a sólo dos canastas del récord histórico de triples anotados por un novato. En Memphis estaban contentos con él. Tuvo opciones de haber acabado en Los Ángeles, junto a su amigo Pau, pero la falta de acuerdo para lograr un traspaso le devolvió a Barcelona.

Desde que regresó, Navarro lo ha ganado todo. Liga ACB, Copa del Rey, Euroliga, Supercopa… ha sido MVP de la Final Four de la Euroliga y de la temporada. Mejor jugador de la ACB, medalla de oro en el Europeo de Polonia… Todo lo que podía soñar, ha estado a su alcance y, quizá por eso, en su horizonte sólo aparecen dos sueños por cumplir: el oro olímpico y el anillo de la NBA.

Aunque suene a prepotencia, ambos están a su alcance. La selección española que acuda a los Juegos Olímpicos de Londres no será la del último Mundial. Con todos los mimbres a su disposición, el seleccionador tendrá a su alcance lograr el último reto que le queda a España y, por ende, a la generación de oro de nuestro baloncesto. Si lo logra (y quizá si no, también) Navarro buscaría un último reto en la NBA. Liberado de sus cadenas (con el traspaso de Iverson Memphis renunció a sus derechos), el catalán sueña con jugar de amarillo junto a Pau Gasol. Luchar juntos por el anillo y volver a Barcelona victoriosos. Calidad no le falta y, además, para entonces, Phil Jackson será historia de los Lakers. Es un sueño, sí, pero no una quimera. 

 

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