El jugador de los Thunder, máximo anotador de la NBA el año pasado, se ha pasado a la gran pantalla, donde debutará interpretándose a sí mismo en la película “Thunderstruck”. Un estreno a lo Michael Jordan en “Space Jam”, en el que Durant intercambiará sus habilidades baloncestísticas con las de un chaval de 13 años.
Basta con hablar con cualquier de sus compañeros en los Thunder para darse cuenta que Kevin Durant no es la típica estrella de la NBA. Alejado de las megafiestas y de los focos de las cámaras, Durant prefiere centrarse en el baloncesto, su pasión, y en su familia, aunque ha sido precisamente su madre, la que le ha empujado a protagonizar una película de Hollywood.
“Este no es mi estilo. ¿Hacer una película? Soy un chico normal y esto es algo que nunca hubiera hecho”, reconoce el jugador, después de grabar las secuencias de la película, animado por su madre. “Ha ido todo bastante bien. Ahora es cuando me entran los nervios por saber qué le parecerá a la gente”, apunta.
Durant comparte protagonismo con Taylor Gray, un adolescente, estrella de la cadena infantil Nickelodeon. En la película, Gray falla un lanzamiento clave durante un partido y, camino del túnel de vestuarios desea “ser tan bueno como Kevin Durant”. Un deseo que se hace realidad al instante y que le permite convertirse en una estrella del baloncesto… al tiempo que devuelve a Durant a los duros años de aprendiz como estudiante de instituto.
“Me han dicho que he hecho un buen trabajo, así que les creeré”, asegura Durant emocionado tras el rodaje de la película, que verá la luz a finales de año. Será entonces cuando habrá que decidir si opta o no al Óscar como mejor actor o si, por el contrario, debe continuar con su carrera como deportista. En cualquier caso, Durant puede decir que ya está a la altura de Michael Jordan o Shaquille O’Neal, dos de las estrellas de la NBA, con pasado más o menos exitoso en la gran pantalla.
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