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A vueltas con el Derecho de Pernada y el «ius primae noctis»

A vueltas con el Derecho de Pernada y el «ius primae noctis»
César Cervera Moreno el

A raíz de la publicación hace unas semanas de un tema sobre la veracidad histórica del Derecho de Pernada, esto es, el privilegio feudal por el que los nobles tenían potestad de pasar la noche de bodas con la mujer de sus vasallos; algunos lectores me insistieron con varias precisiones y me trasladaron que no quedaba claro el controvertido asunto. Lo que el artículo viene a contar es que se trata de uno de los muchos mitos de la Edad Media, como los cinturones de castidad, que nunca existieron o la quema de brujas, más bien del siglo XVI. Es decir, existir existió, pero no fue una cosa tan extendida como los textos de la Ilustración quisieron suponer.

La mayoría de historiadores reducen la incidencia del derecho de pernada a casos remotos y lugares muy concretos, aunque recuerdan que este privilegio feudal siguió ejerciéndose de forma indirecta mediante el pago de un impuesto al señor por haber autorizado el enlace de sus vasallos. Es más, era tradicional en muchos lugares que el señor simulara el acto sexual o saltara encima de la novia en las celebraciones que seguían a la boda, a modo de recordatorio del poder del noble sobre sus vasallos y como remanente de lo que algún día fue el derecho de pernada.

La precisión que me comentan los lectores es que el artículo confunde dos términos supuestamente distintos: una cosa era el «ius primae noctis», y otra el derecho de pernada. Este segundo derecho se producía tras la matanza de un animal, cuando el señor feudal tenía la prerrogativa de quedarse la mejor pieza del animal sacrificado, que generalmente era la mejor pata, el mejor jamón. Posteriormente este tributo en especie se sustituyó por una renta pecuniaria al igual que las demás rentas señoriales (yantar, hospedaje, fonsadera, martiniega, etc.).

Por su parte, el «ius primae noctis» (la primera noche) hace referencia a eso: al privilegio feudal por el que los nobles tenían potestad de pasar la noche de bodas con la mujer de sus vasallos, esto es, de desvirgarla.

Lo cierto es que la expresión derecho de pernada engloba hoy a los abusos en general que realizaban los señores sobre sus vasallos. El «ius primae noctis» era uno de estos abusos… Y si bien algunos autores señalan que la palabra «pernada» procede de pernil, que en lengua romance significa «jamón», lo que refuerza que se trataría del privilegio de escoger el primero la pieza del animal sacrificado; otros en cambio, como el profesor Carlos Barros señala en este artículo, consideran que el origen más probable está relacionado con que en su fase final «se podía ejercer el derecho feudal [el «ius primae noctis»] simbólicamente colocando la pierna encima del lecho conyugal, o bien pasando el señor por encima del cuerpo de la novia en el tálamo también el día de la boda».

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César Cervera Moreno el

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