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Blogs Música para la NASA. por Álvaro Alonso

Hugh Hefner, de conejitas y conciertos

Hugh Hefner, de conejitas y conciertos
Álvaro Alonso el

El agosto del año pasado llegaba la noticia de que Hugh Hefner había vendido su mítica mansión de Los Ángeles, buque insignia del imperio Playboy. Hefner tendría en usufructo el derecho a vivir en la casa hasta su muerte. Nadie duda de las causas naturales de la misma -no hay rastro de cianuro en las copas de Dry Martini-, pero lo cierto es que poco ha podido disfrutar de esta situación. Muerto a los 91 años, Hefner dejó un nombre controvertido para la historia como instigador de una “revolución” que, para unos, lo convertía en adalid de la liberación sexual y, para otros, en un comerciante machista sin escrúpulos.

Su dudosa estela dejó a la posteridad dos premios Guinness, uno por mantener su revista por más tiempo que nadie en el número uno y otro por poseer la mayor colección de libros de recortes. Una faceta menos conocida fue su pasión por el vinilo, gran coleccionista de blues, gustaba hablar de música con los grupos que iban invitados a tocar a su mansión en unos conciertos en directo que luego eran programados en el show televisivo Playboy After Dark. La idea era continuación de su antecedente Playboy´s Penthouse, ideado en Chicago a finales de los cincuenta. El formato era el mismo, las cámaras filmaban una animada fiesta con invitados disfrutando del ambiente y Hefner de charla con un grupo o un artista, apenas unos minutos, antes de proceder a la actuación rodeados de una alta densidad de chicas bailando o embelesadas manteniendo contacto visual con el cantante de turno.

Playboy After Dark registró para la posteridad actuaciones sorprendentes en su corta vida que reflejan por dónde iban los tiros a finales de los sesenta. Una de las más espectaculares fue la de John Stewart, autor de “She believes in me”, aunque Hugh Hefner se decantó, sobre todo, por grupos eléctricos de rock con raíces en el country y el blues. Fabulosa, Linda Ronstadt apareció vestida de blanco y descalza. Cuando Canned Heat fueron a la mansión en 1969 Hefner dialogó sobre su colección de discos con el cantante Bob Hite. De la Parra, otro componente del grupo, recuerda que «en esa época pre-MTV todos estábamos casados y nuestras mujeres se habían puesto en guardia cuando les anunciamos que íbamos a tocar en la mansión de Playboy». No era para menos: John York, el bajista recién fichado por The Byrds, fue invitado junto a Roger McGuinn para actuar en el show. Después de  acometer con maestría “You Ain´t Going Nowhere” de Dylan y “This Wheel´s On Fire”, Carlos Bernal presentó una de las “playmates” al delgado y tímido bajista. John York acabaría enamorándose y saliendo con la rubia durante los cinco años siguientes.

Una de las más fascinantes actuaciones de Playboy After Dark la protagonizaron Ike & Tina Turner, con sección de metales y tres bailarinas dándolo todo en un sudoroso set que terminaba con el “Honky Tonk Woman”. Pero hubo mucho más, la irreal atmósfera que crea Jerry García y Grateful Dead  con “Mountains Of The Moon”, el blues de alto octanaje de Peter Green y Fleetwood Mac destripando “Rattle Snake Shake”, The Dillards, Deep Purple o Steppenwolf. Hefner sabía escoger muy bien la compañía, también en el terreno musical.

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