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Blogs Música para la NASA. por Álvaro Alonso

Aretha Franklin agitando las calles

Aretha Franklin agitando las calles
Álvaro Alonso el

 

Es cierto que el tiempo es oro. El concierto que dio Aretha Franklin en Holanda, durante su gira europea de 1968, tras la publicación de su álbum Lady Soul, en el Concertgebouw de Amsterdam, una de las tres salas de conciertos con mejor acústica del mundo, dura 42 minutos. Pero si de verdad uno es fan de la música soul, seguramente sean éstos los tres cuartos de hora mejor empleados para rendirle homenaje ahora que ya no está entre nosotros. Desde la primera fila del auditorio, la entusiasta audiencia arroja flores a los pies de la cantante, sube al escenario a regalarle guirnaldas, con tal pasión que el concierto se suspende unos segundos. Pero luego continúa, en un crecendo que va desde el «Satisfaction» de Jagger-Richards del comienzo hasta el apoteósico final con «Chain of Fools» de Don Covay, para finalizar con «Respect» de Otis Redding, pasando con una aparente facilidad interpretativa que provoca escalofríos por otras nueve fabulosas canciones, la mayoría de sus dos discos precedentes: «A Naural Woman», compuesta expresamente por Carole King y Gerry Goffin para ella, «Come Back Baby» de Ray Charles, «Dr. Feelgood», «Since You´ve Been Gone (Sweet, Sweet Baby)», «Good To Me As I Am To You», «I Never Loved A Man (The Way I Love You)» de Ronnie Shannon, la deliciosa «Don´t Let Me Lose This Dream» de la propia Aretha y Teddy White, «Soul Serenade» de King Kurtis y «Groovin´» de los Young Rascals.

El ambiente es portentoso, algo anárquico y con una entrega absoluta. Se puede decir de este concierto que es un verdadero acontecimiento. La energía de Aretha, cantando y tocando el piano, es muy superior a la del más conocido y famoso concierto en el Fillmore West del 19 de mayo de 1971. Y la selección de canciones, mucho más acertada, más ceñida al soul, sin incursiones más allá de las fronteras de sus propios discos. Una Aretha en estado de gracia. De la gira europea se llegó a publicar el Aretha in Paris de octubre de 1968, que llegó al puesto 18 del Billboard. El concierto de París tiene un repertorio similar aunque con variaciones, por ejemplo la inclusión de «Baby, I Love You» y «Night Time». Este “Concert Building” o Concertgebouw de Ámsterdam no llegaría a ver la luz hasta 2010, en que fue editado en formato DVD. La interacción con el público, y la atemperada excitación de la cantante, hacen que el concierto pase en un suspiro, como si uno entrara en una montaña rusa y saliera disparado hacia lo alto.

Aretha Franklin, “Miss´Re” como la conocen sus seguidores afroamericanos, nació en el seno de la familia del ministro de la iglesia de Detroit C. L. Franklin. Tras unos años en Columbia grabando tríos y orquestas de jazz, firma en 1967 para Atlantic gracias al empeño de Jerry Wexler, quien decide llevarla a grabar a Alabama, a los estudios de Rick Hall en Florence, los luego legendarios FAME Studios, donde grabaron Otis Redding, Joe Tex, el gran Arthur Conley, Wilson Pickett e Irma Thomas, es decir, muchos de los gigantes del soul. Sale el primer disco de Aretha, I´ve Never Loved A Man (The Way I Love You). Y se convierte inmediatamente en una leyenda, incrementada con sus siguientes grabaciones hasta ser considerada por unanimidad «la Reina del Soul».

Aretha Franklin trasladó la energía del gospel a la catarsis pagana, revolucionando con sus canciones la vieja Europa. Aretha, en 1968, poseía el temple, la técnica y el poder para postrar a sus pies a la librepensadora y agitada capital holandesa. Es éste sin duda uno de sus más indispensables conciertos. No se lo pierdan.

 

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