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Blogs Música para la NASA. por Álvaro Alonso

Cuando Gabinete Caligari plagiaron a Elvis Costello (1977-1990)

Cuando Gabinete Caligari plagiaron a Elvis Costello (1977-1990)
Álvaro Alonso el

Declan MacManus pasó a llamarse Elvis Costello en 1977, una transformación molecular sugerida por su mánager Jack Riviera con la que reconvertir el punk en un laboratorio emocional sin precedentes. Provocador, creador al límite de sus fuerzas, ha configurado una carrera “a martillazos” que abarca los últimos cuarenta años de música pop.

  1. My Aim Is True (1977)

Stiff Records se instala en los bajos de un edificio del West Side londinense gracias a un préstamo de Dr. Feelgood. Allí graba Elvis Costello en sesiones de seis horas y debuta en el Nashville Pub con una actitud que rompe todos los esquemas: la de un perdedor, un joven airado con pinta de espantapájaros y gafas a lo Buddy Holly que hace odas a la derrota. Con “Allison”, “Less Than Zero”, “Radio Sweetheart” o “Watching The Detectives” heló el pulso de la crítica y entró en el panteón de los elegidos.

  1. This Year´s Model (1978)

Reivindicar a Gene Vincent o a Elvis Presley rompía con todo lo que sonaba en la radio. Costello y sus Atractions, producido por Nick Lowe, alcanza su momento más poderoso y lleno de inmediatez combinando el Aftermath de los Stones y los primeros discos de los Kinks y los Who. Costello nos apunta desde la portada detrás de la cámara como queriendo revelar nuestros propios fracasos. “Pump It Up”, o Dylan en el vientre de Chuck Berry. Todo el escarnio contra la jet set se concentra en “(I Don´t Want To Go To) Chelsea”.

  1. Armed Forces (1979)

Con su tercer disco, tras el directo fantasma Live at the el Mocambo, la fuerza destructiva de Costello parecía invencible. Pensado para haberse titulado Emotional Fascism, es un disco delicado, engañoso y lleno de aristas. Influido por lo que andaban escuchando: Iggy Pop, Bowie, Kraftwerk, ¡y sobre todo Abba! En su cuaderno, costumbre que siempre le ha acompañado, Costello va fragmentando la realidad en frases inconexas, fogonazos aquí y allá de su carácter obsesivo y oscilante. De “Accidents Will Happen” a “Oliver´s Army” hay todavía mucha rabia que quemar.

  1. Get Happy!! (1980)

Tras el incidente en un Hollyday Inn de Columbus, Ohio, con Stephen Stills y Bonnie Bramlett, que le granjeó muchos disgustos y la acusación de racismo en USA, en febrero de 1980 sale su cuarto álbum con nada menos que veinte cortes: “Fue algo demencial y la forma en que se grabó muy loca. Todo suena muy rápido por nuestra situación personal del momento. Estaba descontrolado, maniático y susceptible”. Guiño a los sesenta, al soul inmediato, con sacudidas como “Possession” o “New Amsterdam” y Nick Lowe y los Attractions dándolo todo. Rabia y fuego escupen desde los surcos sin dar un segundo de tregua.

  1. Ten Bloody Marys and Ten How´s Your Father (1980)

Este disco tan peculiar (en la edición americana llamado Taking Liberties) contiene algunas de las canciones que más gustaban a Pete Thomas, cuando Costello se ponía a explorar territorios más allá de los Beatles. Aquí escondidas están algunas de sus más increíbles canciones, como “Talking in the Dark”, “Hoover Factory”, “Ghost Train” o “Dr. Luther´s Assisstant” (casi casi plagiado por Gabinete Caligari en su primerizo single “Golpes”), junto a clásicos de su repertorio como “Radio Sweetheart” o “Girl ´s Talk”, inmortalizada esta por Dave Edmunds.

  1. Trust (1981)

Elvis Costello canta que está hecho polvo en “The Imposter”, porque lo está. “Trust se hizo con los nervios al límite. Estábamos exhaustos”. El rock & roll te hace ir muy deprisa y puedes perder perspectiva. Catorce canciones repletas de inseguridades, sospechas, deshonras y falsas pretensiones. “Es un disco que se resiente de mi frustación, mis dudas y mi resignación. Resulta muy tenso”, llegó a decir Elvis. Se recuperan dos joyas, “Watch Your Step” y “New Lace Sleeves” y cierra con “Big Sister´s Clothes”, una canción sin desperdicio.

  1. Almost Blue (1981)

Solo siete meses después y en plena gira americana publica las canciones que se ha ido a grabar a Nashville movido por el espíritu de George Jones, Hank Williams y Gram Parsons. El avezado productor Billy Sherrill se muestra escéptico:¿ qué hace este punk inglés dando lecciones de música americana? El caso es que a Elvis le vino de maravilla, empezó a dejar de drogarse, a beber menos y a cuidarse un poco.

  1. Punch the Clock (1983)

Tras ponerse en manos de Geoff Emerick para su octavo disco Imperial Bedroom, Costello graba su disco más británico, con los productores Clive Langer y Alan Winstanley en el candelero por su trabajo con Madness y Dexy´s Midnight Runners. Es su disco de pop más persuasivo, con hits como “Every Day I Write The Book”. Estamos en plena guerra de las Malvinas y Chet Baker colabora en el álbum con un elegíaco solo de trompeta en “Shipbuilding”.

  1. King of America (1986)

Tras Goodbye Cruel World, Costello desaparece un tiempo. Está gestando algo diferente, acompañado de T-Bone Burnett. El resultado es un quitarse las máscaras y mostrarse tal y como es, como Declan, el hijo del trompetista, de origen irlandés enamorado de la música, capaz de desnudarse en “Indoor Fireworks”. Busca la sencillez, canciones que pueden ser interpretadas al piano o la guitarra, con el aval de The Confederates, elenco impresionante de músicos con Jim Keltner y Ray Brown a la cabeza. Con “Suit of Lights” toca el cielo.

  1. Spike (1989)

Dos años tarda en finalizar este proyecto, el más cosmopolita (grabado en Londres, Dublín, Nueva Orleans y Los Ángeles) lleno de recuerdos esparcidos, fantasías y observaciones, desde el pop de alta gradación de “Veronica”, coescrita con Paul McCartney, hasta las baladas de salón, el folk irlandés de “Tramp The Dirt Town” o las incursiones en el rockabilly. Como un romántico vagabundo, aparece un Elvis capaz de hacer ya lo que quiera. Y los ilustres colegas son de altura, de Roger McGuinn a McCartney, Chrissie Hynde, Allen Toussaint o Marc Ribot, así hasta treinta y dos músicos. Y esto es todo amigos, aunque aún quedan cerca de treinta años de música más.

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