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Blogs Música para la NASA. por Álvaro Alonso

Las chicas son “Rockeras”, según Anabel Vélez

Las chicas son “Rockeras”, según Anabel Vélez
Álvaro Alonso el

Algo está mejorando, al menos en cuanto a dedicación al rock en libros impresos. Las estanterías de las librerías tienen hoy más títulos y no solo de traducciones, también cada vez más libros de escritores y editores con agallas que se esfuerzan en poner nuestro país “a la altura de los tiempos”. Editoriales como Lenoir, Milenio, Ma Non Troppo, 66 Ediciones, Efe Eme, Sílex son ejemplos de que algo se mueve en cuanto a lo que supone un imperdonable retraso a la hora de analizar, estudiar y divulgar la cultura y la música rock del siglo XX y las casi dos décadas que llevamos del nuevo siglo.

Hay que felicitarse de la sola aparición de un libro como “Rockeras. Las protagonistas de la historia del rock” de Anabel Vélez (Ma Non Troppo, 2016) por tres razones. La primera, porque sirve de guía al modo francés, enciclopédico y alfabético, para poner un marco a la historia de la mujer en el rock mediante pequeños retratos biométricos que se convierten en relatos fascinantes: la historia de mujeres asombrosas en sentido estricto, desde Bessie Smith a Janis Joplin, de L7 a Bjork, de Chrissie Hynde a Lucinda Williams, de Wanda Jackson a Neko Case, y así podríamos seguir por páginas y páginas. Cada pequeña introducción es un mundo, una época, y ello hace más valioso y difícil la elaboración de este libro, que no pierde de vista el carácter de invitación a la escucha inmediata que ha de tener todo libro que “hable” música.

En segundo lugar, sorprende el equilibrio que ha encontrado la autora, siempre en la cuerda floja, entre las mujeres pioneras de los veinte, los treinta, los cuarenta y los cincuenta consagradas por la historia (aunque en su momento tuvieran ¡verdad como un templo! que sufrir todo tipo de obstáculos para desarrollar su arte) con la introducción de otras mujeres que se están abriendo camino dentro del rock en, digamos, los últimos treinta años. Anabel Vélez selecciona y encuadra a cada personaje dentro de una eclosión, un movimiento o un instante mágico de aparición de algo nuevo, todos momentos y geografías excitantes dentro de la historia del rock. Así nos lleva lo mismo a un garito de Harlem que a los estudios de la Motown, del San Francisco del verano del amor a las calles del blues de Memphis, de los Brill Building a una casa en Laurel Canyon donde una chica rubia se deja los dedos hasta las teclas del piano.

Y sí, al menos hay una tercera razón para felicitarse por la aparición de “Rockeras”, y es que se trata de un libro escrito con inteligencia y con corazón. Pero sobre todo con pasión, escrito sin darle ninguna importancia al criterio más o menos comercial del impacto real en ventas de los artistas, sino su influencia y su calado con la perspectiva de la que hoy contamos. Y para eso hay que ser cada día un poco más sabia.

Libro perdurable, cuidadosamente escrito y documentado, se disfruta sin descanso a lo largo de sus 244 páginas. ¿Qué canción elegir para ilustrar este libro? Es como si pusieran el paraíso en tus manos. A ver, Tina Turner, Aretha Franklin, Ruth Brown, Carole King, Patsy Cline, las Shangri-Las… Vale, paro ahí.

 

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