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Blogs Música para la NASA. por Álvaro Alonso

The New Pornographers defienden “Whiteout Conditions” conquistando el Granada Theater

The New Pornographers defienden “Whiteout Conditions” conquistando el Granada Theater
Álvaro Alonso el

Para un viernes noche ver a los ocho miembros del grupo nacido en Vancouver The New Pornographers defendiendo su nuevo disco sonaba un plan apetecible. Newman, Neko Case y compañía, desde su aparición en escena recién estrenado el nuevo milenio, han ido explorando una ruta que no es del todo nueva pero sí muy original por la que  circulan Kraftwerk, Can, New Musik, Wire, B 52 o The Go Go´s con otros vasos comunicantes de esencia rock, véase The Velvet Underground, Beach Boys o Soft Machine.

El Granada Theater estaba hasta arriba ya bien posicionado (la estaticidad del personal impresiona bastante aquí en Dallas) pillando sitio para ver al grupo precedente, dos chicas con guitarra y bajo eléctrico, con mono azul y traje, llamadas Waxahatchee. Presentaban su disco debut Ivy Tripp, un puñado de canciones que se mueven (ellas poco o nada) entre el shoegaze y unos Galaxie 500 sin base rítmica. Aquello comenzó interesante, lánguido, hiriente, para pasar a soporífero, “me duermo”, con tres acordes monótonos que hacían indistinguibles unas canciones de otras. Como hacia la séptima canción el público empezó a tomarse el Granada como un pub con música de fondo, y empezaron (a cientos) una animada charla colectiva. Así siguió la agonía unas tres o cuatro canciones más hasta que abandonaron el escenario (veo en su web que han cancelado todos los conciertos de su gira europea y no sé si lo que vi tendrá algo que ver con tal decisión, pero lo que no cabe duda es que es muy arriesgado salir con ese repertorio y de esta guisa a una arena de mediano tamaño y salir airoso).

Rato para cambiar el escenario. Avisan que, por favor, no hagamos fotos ni vídeos durante el concierto para no perturbar la concentración de los músicos y, con diez minutos de retraso, salen The New Pornographers. Nos posicionamos con disimulo centrados y a unos quince metros. Y se te eriza el cabello nada más tomar el micrófono y la pandereta Neko Case con unas tablas dignas de una Chrissie Hynde. Como ella, Neko también se fue muy pronto de casa y anduvo por las turbulentas aguas del punk antes de recabar tardíamente en Vancouver para terminar sus estudios de arte. Solo ella llena todo el escenario, pero es que a su izquierda está uno de los dos teclados idénticos, con Blaine Thurier a los mandos, y a su derecha A. C. Newman, alma mater del grupo y compositor principal, moviendo a lo Poch su pierna izquierda y embistiendo con la guitarra. Ya van tres en la primera línea, la cuarta es una incorporación reciente de la que tienen que estar muy agradecidos, para mí de lo mejor sobre el escenario, la violinista y percusionista de voz excelente y presencia muy “chica Prince salida del college” que se llama Simi Stone (tiene su propio grupo, Suffrajett), todo sensualidad y talento a rebosar. Ya van cuatro. Y la quinta, el otro teclado, pilotado por la deslumbrante (sin exagerar, tengo testigos) Kathryn Calder. A la Calder la han hecho un documental y no me extraña, primero porque se parece a Natalie Portman, y segundo por su peculiar vida personal. Así que estos tíos te plantan tres mujeres de armas tomar en primer plano emulando a The Beach Boys, y se te pone la carne de gallina.

Detrás, en una segunda línea, Todd Fancey a la guitarra principal, no se le ve, detrás de la Case, pero se le oye. Lo mismo John Collins al bajo y Joe Seiders a la batería. Algo poco frecuente en un concierto de rock and roll, que estos tres elementos estén ocultos prácticamente a la vista del público, que queda paralizado y encadenado al mástil por el embrujo de estas tres sirenas.

A.C. Newman no tiene ninguna gana de dejar respirar a nadie, y dispara nervioso (se ve que ha crecido en los tiempos del reinado de David Byrne) una canción detrás de otra, camuflando sabiamente las canciones nuevas, donde destacan “This Is The  World Of The Theater” con Neko de solista, la espléndida “Colloseums” o “Play Money”, que abre el nuevo disco, junto al primer single “High Ticket Attractions” y “Whiteout Conditions”. El pulso del concierto es pop y a la vez sofisticado, como música para escuchar en una nave espacial (Kathryn Calder tuvo el detalle de lucir la clásica camiseta con el logo de la NASA). El sonido era de una electricidad suave y controlada, extremadamente placentera, incrementado por las cadencias de los cuerpos en el escenario y los juegos de voces espectaculares a tres bandas.

Por encima del brillo general deslumbraron con “Sing My Spanish Techno” y con un buen racimo de canciones de Electric Version, su segundo disco y uno de los mejores, del que eligieron nada menos que seis:  “From Blown Speakers”, “The Laws have Changed”, “The New Face Of Zero And One”, “All For Swinging You Around”, y dos de Dan Bejar (ahora fuera del grupo temporalmente defendiendo su propio grupo Destroyer), las fantásticas “Testament To Youth In Verse” y “Ballad Of A Comeback Kid”.

Y es que tienen un repertorio que bien elegido te hace volar al espacio exterior. Y así ocurrió cuando tocaron y cantaron “Twin Cinema” y “Use It” de su disco del 2005, “My Right Versus Yours” y “All The Old Showstoppers” de Challengers o “Moves” y “Silver Jenny Dollar” de su disco de 2010 Together.

Cuando el concierto termina, después de volver al escenario por aclamación popular y salir como si tal cosa a continuar con la misma magia en una maquinaria de deleite musical perfectamente sincronizada, el silencio ya no es silencio, ni las voces son voces, sino una sonrisa de alivio y liberación, eso que los griegos llamaban catarsis y que es desde antiguo el sentido de toda representación. The New Pornographers después de quince años de carrera, saben cómo hay que hacer para conseguir que salgas a la calle mejor de como has entrado.

 

 

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