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Lengua y deporte, una unión inseparable

Pilar Quijada el

David Atienza

Uno de los programas más valiosos y destacados para la implantación del bilingüismo en la educación concertada es el llamado BEDA (Bilingual English Development and Assessment). Esta iniciativa nació en el año 2008 de la colaboración entre Escuelas Católicas de Madrid y la Universidad de Cambridge con el fin de implementar y optimizar la eficacia de la enseñanza de idiomas en la escuela.

Por tanto, BEDA pretende con el mismo una mejora del uso de la lengua inglesa por parte de los alumnos mediante un aumento de la práctica de la misma en el entorno escolar, tanto en las aulas como en actividades extraescolares, avalada con evaluaciones realizadas por Cambridge ESOL a través de exámenes oficiales. Sin olvidar la formación para que los docentes adquieran los niveles exigibles para impartir las materias en inglés.

Este avance no puede quedarse aislado, sino que se debe tomar como una gran oportunidad para conocer una nueva cultura. Y uno de los aspectos culturales más importantes de todo pueblo es el deporte. Por lo tanto, impregnados de este espíritu, tras realizar un repaso por la cultura anglo-deportiva se ha descubierto una de las disciplinas deportivas más practicadas en uno de los países anglófonos por excelencia, Irlanda. Nos referimos al fútbol gaélico, deporte nacional irlandés que, junto al Hurling, es uno de los cuatro regulados por la Asociación de Deportes Gaélicos (AAG), creada el 1 de noviembre de 1984.

Origen y evolución

Su origen se puede encontrar en la segunda mitad del siglo XVI en el antiguo fútbol irlandés, conocido como Caid, y en él se aprecian componentes de cuatro deportes por todos conocidos en lo que a elementos de juego, técnicas, reglas y puntuaciones se refiere: fútbol, rugby, baloncesto y voleibol. Sin embargo no se puede asegurar cuál surge antes.

Sus reglas fueron publicadas por la AGG  en 1887 y, a pesar de practicarse principalmente en Irlanda, ya son muchos los países donde podemos encontrarlo. A partir de 1970 surge la modalidad femenina.

En España el primer club se fundó en Barcelona en el año 2001, pero actualmente el Campeonato Ibérico de Fútbol Gaélico cuenta con ocho equipos. Barcelona Gaels, Madrid Harps, Pamplona-Iruña GAA, Fillos de Breogán GAA (A Coruña), Sant Vicent GAA (Valencia), Marbella-Costa del Sol GAA, Seville GAA y Valls GAA. Los cinco primeros compiten con asiduidad y los otros tres de manera esporádica.

Hoy día hay ya un gran número de personas que siguen este deporte (por ejemplo la final del All-ireland Football Championship, el torneo más relevante y antiguo, es capaz de reunir a 80.000 espectadores en el famoso estadio de Croke Park), y es por eso que su mayor curiosidad pueda residir en que la AGG no admite su profesionalización, quedando limitados sus participantes a jugar única y exclusivamente en el equipo de su condado.

Equipos

La composición de los equipos y del terreno de juego son muy similares al “deporte rey”. El juego lo disputan 2 equipos formados por 15 jugadores titulares (con los dorsales del 1 al 15 en la espalda) y hasta un máximo de 15 suplentes, pudiendo realizarse únicamente 5 cambios durante el partido. El nombre que reciben cada uno de ellos y su disposición sobre el campo también guarda cierta similitud.

Terreno de juego

La superficie de juego, de césped tiene unas dimensiones mayores, de 130-145 x 80-90 metros, y en ella se distinguen 3 líneas de 13, 20 y 45 metros. Las porterías, en forma de H, son una mezcla entre las de fútbol y rugby, como si a las primeras se les prologasen los postes 6 metros hacia arriba. El balón utilizado es esférico, algo más pequeño (entre 69 y 74 centímetros), más pesado (de 370 a 425 gramos) pero de estructura similar a los utilizados en voleibol, ya que está elaborado con 18 tiras horizontales.

Duración

El tiempo de juego consta de dos partes de 30 minutos, variando en las competiciones entre condados, que es de 2 tiempos de 35 minutos cada uno. Si se acaba en empate, o bien se juega otro partido o bien se juegan dos tiempos extras de 10 minutos.

Árbitros

Hay un árbitro principal, dos jueces de línea que se encargan de señalar cuándo un balón ha salido por la línea lateral, y cuatro árbitros adicionales que se colocan tras las porterías de dos en dos (como los actuales jueces de área de la Champions league y la Europa League) cuyo cometido es marcar los tantos marcados y ayudar al principal sólo en acciones de violencia, pero no en faltas técnicas (como un doble bote).

Puntuación

El objetivo del juego es anotar la mayor cantidad de goles y puntos posibles en las porterías en forma de H. Si el balón pasa sobre el travesaño y entre la prolongación de los palos, vale 1 punto y se señala con bandera blanca. Es válido si se patea o se golpeo con el puño cerrado. Y si entra en la parte inferior (lo similar a una portería de fútbol) se considera gol, vale tres puntos (puntuación que recuerda al baloncesto) y los árbitros del fondo lo señalar levantando una bandera verde. Únicamente el gol es válido si se ha pateado el balón, aunque también valdrá si se ha golpeado con el puño tras un pase de un compañero o después de un rebote del larguero, los postes o el suelo. Si el balón va fuera extenderán los brazos en horizontal. La suma total de puntos y goles determina el ganador del partido. Estos tantos sólo son válidos si se introduce el esférico pateándolo o golpeándolo con el puño.

 Inicio del juego y faltas

El encuentro comienza con un balón al aire lanzado por el árbitro que lucharán los cuatro centrocampistas (2 por cada equipo). Cuando un jugador tiene la posesión del balón puede correr con él en las manos debiendo dar cada 4 pasos un bote (nunca se pueden dar dos botes seguidos) o un “soloing” (patear el balón hacia las propias manos) para no incurrir en falta. Es una semejanza con el baloncesto. Si la quiere pasar o terminar la jugada para marcar un gol debe hacerlo con una patada o con un golpe de mano o de puño, pero nunca realizar el pase lanzándola directamente, como se hace en basket o rugby. La bola se puede recoger del suelo dándola previamente un toque con el pie, sin poderla coger directamente del suelo con las manos. Un jugador puede lanzarse para detener el balón con las manos, pero nunca puede hacerlo con el pie, pues incurriría en falta.

Las reanudaciones del juego se guían por las líneas ya mencionadas de 13, 20 y 45 metros. Por ejemplo, si sale por el fondo sacará el portero sobre la esquina del área pequeña y los jugadores tendrán que estar tras la de 20. Si le marcan gol, saca desde la línea de 20 metros, debiendo los jugadores estar tras la de 45. Se saca desde la línea de banda si sale por el lateral.

Por tanto este es el aperitivo de lo que se convertirá en una saga de artículos para descubrir nuevas modalidades deportivas que no son muy conocidas en nuestro país y que pretende abrir las perspectivas deportivas de los lectores, muy centrados en los deportes de masas practicados en nuestro país. Esas nuevas disciplinas estarán, en muchos casos, como en este, con la cultura anglosajona que tanto se trabaja desde el programa BEDA de Escuelas Católicas de Madrid.

Vestuario
Pilar Quijada el

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