David Atienza
Cualquiera de los deportes más conocidos en la actualidad cuenta con influencias de actividades lúdicas y/o modalidades deportivas practicadas en la antigüedad. Es caso del calcio fiorentino, un deporte nacido como respuesta a una invasión militar, en el que se pueden apreciar muchos de los elementos que han dado lugar a disciplinas tales como el rugby, el fútbol e incluso el propio boxeo. Cada 24 de junio, la plaza de Santa Cruz de Florencia se convierte en escenario de una auténtica batalla campal, en la que se enfrentan 54 jugadores. Casi todo está permitido…
El calcio fiorentino se podría catalogar como el deporte más violento del mundo. Viéndose influenciado por prácticas recreativas griegas y romanas consideradas también precursoras del fútbol (como la sferomachia y el haspastrum, respectivamente), tiene su origen en la Florencia renacentista de finales del siglo XV y a él jugaban las clases adineradas en campeonatos que se organizaban principalmente durante la época de los carnavales. Pero con el paso del tiempo el calcio fiorentino ha dejado de ser una mera actividad lúdica para convertirse en el siglo XX en uno de los símbolos emblemáticos de Florencia, pues se recuperó en el año 1930 con motivo de la conmemoración del cuarto centenario del asedio de la ciudad de Florencia, cuando en la plaza de Santa Cruz un grupo de republicanos ante la invasión de las tropas imperiales decidieron jugar un partido como seña de ignorancia al Emperador Carlos V. Desde ese momento cada año los cuatro barrios de la ciudad, caracterizados cada uno por un color (Espíritu Santo de blanco, Santa María Novella de rojo, santa Cruz de azul y San Juan de verde) se enfrentan en dicha plaza en dos semifinales y una final que se celebra el 24 de junio para festejar el día del patrón de la ciudad. Al equipo ganador se le entrega un ternero blanco.
El juego
Al observar un partido se pueden encontrar semejanzas a un encuentro de rugby y de fútbol, aunque tiene como característica principal un mayor nivel de violencia, estando casi todo permitido codazos, puñetazos…. Lo único que se prohíbe es patear la cabeza.
Durante 50 minutos y sobre un terreno de juego de 50×100 metros y cubierto de arena, 27 jugadores por equipo intentan pasar la pelota por encima de la valla situada en el fondo del campo rival y depositarla en una red. Al igual que en el resto de los deportes de equipo cada jugador ocupa una posición específica, contando en este caso con la impresionante cifra de 4 porteros y 15 delanteros, 5 jugadores del centro del campo y tan solo 3 defensas. Que la descompensación entre el número de zagueros y atacantes sea tan grande se explica porque es labor de todos ayudar en la defensa, siendo incluso la primera línea defensiva la formada por los 15 delanteros. La indumentaria se corresponde con trajes típicos de la época renacentista.
Si sorprendentes son la cifras de los jugadores, no lo son menos la de los árbitros, pues son ocho las personas en total que se encargan de velar por el “tranquilo” transcurso de juego.
Una vez que se conocen unas pinceladas del deporte que da nombre a la liga de fútbol italiana, puede servir de escusa a los amantes del fútbol querer conocer un poco más acerca esta bella ciudad de la Toscana presenciar en directo uno de los deportes en los que se inspiró el actual “deporte rey”.
Vestuario
